El Embrapa, la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria, logró registrar con éxito un rebaño de bovinos con cualidades que los hacen resistentes al calor. Se trata de la raza Sindhi, un tipo de cebú originario de Pakistán, que ingresó a ese país en 1952, y que desde 1996 busca ser adaptado por esa Institución a la región del Semiárido.
Reconocida por su rusticidad, resistencia a las altas temperaturas y capacidad para producir leche y carne en condiciones adversas, esta raza de tamaño pequeño es ideal para regiones con escasez de agua y alimentos. La región semiárida brasileña, que se extiende sobre unos ocho estados del nordeste de ese país, es una de las que podría verse más beneficiada con este reconocimiento.
“Tras casi dos años de trabajo, Embrapa Semiárido (PE) recibió el registro de Origen Puro (OP) para su rebaño Sindi, otorgado por la Asociación Brasileña de Criadores de Cebú (ABCDZ). Esta certificación es la segunda y última etapa del reconocimiento de la calidad genética de los 91 animales de la unidad, incluyendo machos y hembras, y allana el camino para su uso en programas de conservación y mejoramiento genético del ganado en la región”, celebraron desde Embrapa.
El registro de este rodeo, que comenzó a criarse en el Campo Experimental de Caatinga sin cruzamientos con otros linajes, le permite a ese organismo ampliar su oferta de material genético certificado como semen, embriones y animales en pie, entre los ganaderos que deseen criarlos.
“El rebaño Embrapa Semiárido es actualmente uno de los más puros de Brasil. Con el registro, podremos socializar este material, con documentación y certificación genética”, señaló el investigador Rafael Dantas, responsable del Centro de Conservación de la Raza Sindhi.
Para que los animales sean reconocidos por ABCZ, fue necesario cumplir con una serie de requisitos técnicos y documentales.
En forma habitual, el proceso comprende la comunicación formal del apareamiento, es decir, el registro de que una hembra ha sido puesta en reproducción con un toro de raza pura.
Luego se debe realizar la comunicación del nacimiento del ternero, proporcionando información completa sobre los padres, peso al nacer, sexo y otras características básicas del animal.
Posteriormente, un técnico acreditado realiza una inspección para evaluar si el animal posee características compatibles con esa raza que, de ser aprobado, recibe una marca y su registro.
“Estamos garantizando que las futuras generaciones tengan acceso a genética adaptada a las nuevas realidades productivas, especialmente ante los desafíos climáticos. Esta es la función del centro de conservación: preservar y compartir”, concluyó Dantas.