Si bien la red oficial montada por expertos e instituciones de todo el arco agropecuario viene dando excelentes noticias respecto a la disminución en la población de chicharrita del maíz, hay quienes ponen en duda estos datos y se encuentran por estos días en la disyuntiva de sembrar o no.
En plena zona del Chaco-Santiagueño, donde la producción de maíz se recortó fuertemente por el crecimiento drástico de esta especie de insecto endémica que transmite el Spiroplasma, algunos productores están en la duda a días del inicio de campaña, porque desconfían de los datos que llegan desde los estudios nacionales de expertos. O por lo menos, ellos dicen ver otra cosa.
En esta zona “caliente” para la irrupción de Dalbulus Maidis, María José Galdeano asesora unas 16 empresas en 320 mil hectáreas agrícolas. En ese vasto territorio, se encuentran grandes grupos de siembra, quienes no escapan de la incertidumbre. Allí, la agrónoma llevó adelante un estudio en conjunto con el INTA Las Breñas y apoyo privado. En su relevamiento, los resultados y la tendencia dista hasta ahora de lo que viene mostrando la red oficial.
Según contó Galdeano a este medio, en la zona se iban a sembrar 160 mil hectáreas con maíz, lo que hasta la fecha se reduciría al menos a la mitad, por el miedo a la irrupción nuevamente de la chicharrita, y su consecuente impacto productivo.
Esta tendencia en la zona, más allá de los números de siembra, revela que a diferencia de lo que se está viendo en gran parte del país, y en particular en la zona núcleo, donde se le está perdiendo aceleradamente el miedo a esta plaga, en el epicentro de la chicharrita no hacen.
Lo que dicen en la zona, es que hay un fuerte incremento en la aparición de chicharritas, que no están en las trampas, sino en unas 800 mil hectáreas de rastrojos de la campaña anterior que no se cosecharon. Esta aparición repentina “genera un montón de dudas” según cuenta la especialista. “Todos los pasos que teníamos planificados para el vacío sanitario, que no haya maíz guacho, cortar la población, no se cumplieron como zona”, dice Galdeano.
Adelantándose a los datos que aportará en estos días la red de monitoreo más extendida, Galdeano afirma: “En nuestras trampas empezaron a aparecer varias trampas positivas, con presencia. Hay trampas que tienen hasta 10 chicharritas, que es un valor alto”.
Lo que explica Galdeano, es que en este último tiempo, al haber una gran cantidad de maíz guacho, y estimando unas 800 mil hectáreas de rastrojo que no se cosechó, “ese granito tiene el embrión viable, germina. Y desde que llovió, hay mucho maíz guacho en la zona. La chicharrita, por alimentarse y por preferencia, va ahí. No caen las trampas. Las trampas siguen dando cero, o muy pocas positivas”.
En el Norte hay mucho canchero haciendo las cosas mal! Las trampas dan cero! Pero los lotes así están llenos de Chicharras (+), la curva es grande y se sigue pasando información mala con los registros! @MjChaco @JorgeLMercau pic.twitter.com/tgeUP0iuEy
— C.M. (@AgroLiCM) December 4, 2024
“Hay que hacer el doble chequeo de revisar todos los maíces guachos, porque la chicharrita está ahí. En la medida que haya maíz, la chicharrita no solo busca alojamiento, sino que se alimenta y se puede reproducir. La tasa de reproducción es geométrica. Puede esto avanzar un montón, y ese es el miedo de todos”, cuenta la asesora a este medio.
Respecto al control, la agrónoma asegura que los resultados, en discordia con los de población, son magros. “Se hizo un testeo de screening de casi 30 insecticidas, o sus mezclas, y casi todos dieron un porcentaje muy bajo de control, menos del 50% la mayoría”.
Un productor de la zona, que participó de los estudios que está haciendo la asesora, explicó: “Fueron pasando distintas etapas de prueba. Se repitieron 3 veces, y en las últimas etapas se probó toda la nueva generación de insecticidas que se vienen importando de Brasil, los biológicos. En teoría son eficientes, pero eso no está demostrado en las pruebas. La verdad que los resultados son bastante magros”.
La agrónoma aseguró: “Habíamos hecho algunas presentaciones de información para que haya un vacío sanitario eficiente, que el productor lo subestimó. Nuevamente volvemos a incursionar en el problema por esa falta de control. Nosotros habíamos calculado que necesitábamos cuatro meses entre heladas y vacíos sanitarios sin plantas hospedantes, y eso no se cumplió. Las heladas las tuvimos, el productor se relajó con el vacío sanitario de maíces y hoy volvemos a tener esto. Obviamente que el panorama hacia adelante es desalentador”.
Dalbulus es endémico en el Norte. Por eso es tan importante el vacío sanitario, más de 120 días sin maíz. Objetivo que no pudimos lograr, muchos vecinos abandonaron los barbechos y hoy hay presencia en toda la zona. Capturas bajas de 1 individuo a más de 10. 🤦🏻♀️ pic.twitter.com/JwTWhlaEIw
— Grupo Charata (@MjChaco) December 5, 2024
Para la agrónoma esto representa un quiebre. “Veníamos con todos los recuentos en cero, pero cuando vos andabas aquí en un lote, veíamos maíz guacho, y encontrábamos no solo chicharritas, sino que también plantas enfermas. Esas chicharritas se mandaron a analizar a Córdoba y se vio que son infectivas, es decir, que ya tienen el virus. Es otra pata más desalentadora, porque además son infectivas”.
A Galdeano no para de sonarle el teléfono para evaluar cuál es la situación en la zona. “Nos llaman sin parar de vecinos, productores u otras empresas de la zona, e incluso hasta los que venden insumos, preguntando qué vamos a hacer, o qué habría que hacer. La realidad es que es una decisión empresarial, porque el riesgo está, la plaga es endémica, y no se cumplieron ciertos parámetros que necesitábamos para que no haya una población muy grande. Y ya estamos a 20 días de la siembra. Está todo el mundo muy, muy preocupado con esto”.