Este año se publicará el primer documento del proyecto “Brechas de productividad” (Convenio CREA-Syngenta 2022/2024) en base al análisis de datos de producción de maíz, soja, trigo y girasol de lotes CREA de cinco campañas agrícolas (2017/18 a 2021/22).
El “Proyecto Brechas” identificó, para cada macro-región, tipo de cultivo y ambiente, las principales causas que generan brechas de productividad en el ámbito de la red CREA, las cuales están siendo recopiladas en un documento que será revelador.
El documento, que en parte fue adelantado esta semana, muestra –sin proponérselo– cómo la voracidad fiscal del Estado termina promoviendo una subutilización de inversiones que impiden que los rendimientos agrícolas alcancen su potencial.
Al robar (Milei dixit) gran parte de su capital de trabajo, las empresas agrícolas no tienen recursos para poder nutrir adecuadamente los cultivos, lo que genera una productividad menor a la óptima (en algunos casos bastante menor) y, por extensión, una pérdida gigantesca de divisas. Algo así como “pegarse un tiro en el pie”.
Para cada macro-región el “Proyecto Brechas” estimó el rendimiento potencial (percentiles máximos), el rendimiento alcanzable (el logrado cuando se adoptan las tecnologías agronómicas de procesos y de insumos económicamente óptimas) y rendimiento actual (promedio regional).
“Para el cultivo de trigo, analizamos cerca de 30.000 casos, que equivalen a unas 2,50 millones de hectáreas, con más de 250 variables de manejo posibles, de las cuales seleccionamos finalmente veinte”, explicó Diego Rotili, integrante del “Proyecto Brechas” junto a José Micheloud, en un artículo publicado en Contenidos CREA.
Ese trabajo consistió en analizar, en el período en cuestión, el manejo agronómico de cada lote que, en situaciones comparables, había logrado rendimientos agrícolas alcanzables versus los promedio.
En el caso del trigo, en ambientes de bajo potencial –por ejemplo– de la macro-región Norte el análisis detectó una brecha de rendimiento del 43% equivalente a más de 1500 kg/ha, mientras que en la macro-región sur la misma fue del 26% con una diferencia mayor a 1600 kg/ha.
“En las diferentes macro-regiones las brechas relevadas en trigo se ubicaron en un rango del 11% al 43% con promedio nacional ponderado del 24%”, comentó Rotili.
Para cada macro-región, cultivo y ambiente se identificaron las variables de mayor relevancia al comparar el manejo de los lotes que obtuvieron rendimientos alcanzable respecto de los promedio. Los resultados se resumieron en esquemas que muestran de manera simplificada las principales causas que generan la brecha de productividad.
“Si bien la nutrición –en primer lugar– y el control de enfermedades surgieron como aspectos determinantes de las brechas de rendimientos, en algunos casos también se presentaron cuestiones de manejo relativas a tecnologías de procesos”, resaltó.
Los resultados obtenidos por el “Proyecto Brechas” se integraron a la plataforma Global Yield Gap Atlas, iniciativa coordinada por Wageningen University & Research (Países Bajos) y University of Nebraska-Lincoln (EE.UU), que cuenta con un capítulo argentino en el que participa el investigador José Andrade.
En ese marco, los resultados del “Proyecto Brechas” fueron validados con un modelo de simulación (CERES-Wheat DSSAT) que emplea múltiples variables ambientales y productivas junto con treinta años de registros climáticos.
En lo que respecta a trigo, esa colaboración permitió estimar que el rendimiento potencial del trigo en el promedio de situaciones regionales y ambientales argentinas es de 47 qq/ha, el cual se encuentra logrado en una proporción del orden de los dos tercios al considerar los rendimientos promedio actuales.
“En promedio, el hecho de pertenecer a la red CREA permite lograr alcanzar la mitad de la brecha de rendimiento existente entre el potencial teórico y el rinde medio que informan las estadísticas oficiales, aunque en algunas zonas esa proporción es aún mayor”, afirmó el técnico CREA.
Una vez concluida la primera fase del “Proyecto Brechas”, se iniciará la segunda instancia del mismo con experimentos a campo que buscarán comparar múltiples prácticas en una misma condición ambiental de diferentes regiones.