La cadena de la carne vacuna en Estados Unidos (uno de los mayores productores del mundo) está haciendo ruido por todas partes, debido a la difusión del coronavirus. Esto podría afectar tanto a su consumo doméstico como también al mercado mundial, donde este país tiene un rol importante.
La difusión de casos de Covid-10 en las plantas frigoríficas obligó al cierre de diferentes establecimientos y eso causó diferentes distorsiones, tanto en el precio de la carne vacuna como en el del ganado. Por eso el presidente Donald Trump anunció que firmará una orden ejecutiva (una suerte de decreto) para mantener las plantas de procesamiento abiertas en todo el país, más allá de lo que suceda sanitariamente. Los medios estadounidenses informan que los frigoríficos serán calificados como “infraestructura crítica” con el objetivo de mantener el suministro del producto.
La cadena NBC News dijo ayer: “La razón de esta decisión es que hubo discusiones entre ciertas compañías de procesamiento (Tysons, por ejemplo) para mantener abierto solo el 20% de las instalaciones. La gran mayoría de los planes de procesamiento podrían haberse cerrado, reduciendo la capacidad de procesamiento en el país en un 80%”, según explicó un funcionario de la administración en un mensaje a ese medio.
El analista uruguayo Rafael Tardáguila, editor de Fax Carne, explicó que la información que llega de ese país es que los stocks de carne alcanzarían para cubrir la demanda de tan solo unos pocos días más. La ventaja que tiene Estados Unidos en estos casos es que al menos hay algo de stocks. En la Argentina eso no sucede y por eso el temor sobre mantener activa siempre la faena desde el primer día de la pandemia de los referentes industriales a la aparición de casos de Covid-19. Hay diferencias. En el país del norte la faena está muy concentrada en pocas empresas y plantas. Aquí hay al menos 150 plantas frigoríficas de mediano y gran porte.
Tardáguila explicó además cómo la situación plantada en Estados Unidos está impactando en los precios. Al respecto dijo que “el novillo, que el martes cotizó en 2,14 dólares por kilo vivo, tuvo una baja intermensual de 19%, hace un mes su valor era de 2,63 dólares. En tanto el kilo carcasa, que es de 3,41 dólares tuvo una baja del 18% en el último mes”.
Pero, a contramano de esto, en el caso de la carne vacuna que comienza a escasea, el alimento “tuvo subas significativas, ya que el kilo carcasa a salida de fábrica cotizó ayer 6,41 dólares lo que implica una suba del 25% en el mes”, indicó el experto.
Estados Unidos es un gran productor de carne vacuna. En 2019 faenó 34 millones de animales y produjo 12,4 millones de toneladas de carne (cuatro veces la producción argentina), de las que exportó 1,4 millones e importó por un volumen similar, aunque cortes de menor calidad para atender su mercado interna. Allí cerca del 50% de la carne se consume en los sistemas de cadenas rápidas o como procesados, mayormente hamburguesas.