A esta nota bien podríamos titularla: “Reflexiones sobre la política agropecuaria luego de la aprobación de la Ley Bases”. Es que la sanción de ese paquete legislativo insumió los primeros seis meses de la gestión presidencial de Javier Milei, que fue pateando las exigencias históricas del campo aludiendo a la necesidad de acomodar primero las grandes variables de la macroeconomía.
Pero la aprobación de la trabajosa Ley Bases y el paulatino descenso de la inflación parecen habilitar otra discusión, especialmente cuando la producción necesita señales en un contexto económico claramente recesivo. Es lo que piensa al menos Sergio Busso, el ministro de Agro-Bioindustria de Córdoba y quizás uno de los más veteranos protagonistas de la política agropecuaria local, ya que desde 2015 ocupa ese cargo.
-¿Qué te pareció la aprobación de la Ley Bases? ¿Qué sacas en limpio de estos seis meses de discusiones?
-Estos seis meses fueron de mucho aprendizaje. Nosotros sabíamos que veníamos en un país con muchas complicaciones, donde el que ganaba tenía que ordenar la economía. La gente eligió a Javier Milei por diversas razones. En definitiva, es una persona legitimada por el voto popular, y en Córdoba sacó más del 70% de los votos. Córdoba obviamente iba a votar a alguien que estuviera en la antípoda de lo que significaba el kirchnerismo, eso es así. Y nosotros, como dijimos siempre, tenemos la obligación de darle gobernabilidad al que la gente elige. Desde el primer momento dijimos eso.
-¿Pero no estuvieron quietos frente a la Ley Bases?
-La ley ómnibus era realmente muy inquietante. Fíjate vos que, sobre todo en el tema de retenciones, avanzaba con un 15% para gravar todo aquello que se producía y se exportaba. Todo. Eso era prácticamente imposible de poder defender, porque ya de por sí las malditas retenciones generan mucho inconveniente en el arco productivo, si vos se las sumás a todo lo que se produce y se exporta… En Córdoba no solamente estamos hablando de alimentos, sino que estamos hablando también de todo lo que es la industria automotriz, maquinaría agrícola, economía de conocimiento. Era muy duro de pasar. Por eso, nuestro gobernador Martín Llaryora levantó mucho la voz. Por suerte se aprobó esta ley, que me parece que es una herramienta que todo gobierno necesita para llevar adelante su programa de gobierno. Ahora bien, todavía hay que ordenar la economía, pero en un esquema de mucho ajuste y sin un plan productivo al lado, la verdad es muy dificultoso.
-¿Quién hace el ajuste? ¿Las provincias lo están haciendo?
-Las provincias se han hecho cargo del mayor esfuerzo posible. Al ajuste nosotros lo venimos haciendo y tenemos superior fiscal en Córdoba hace más de 20 años. Desde enero que no nos mandan un peso del compromiso por ley que la Nación tiene con las provincias que no han transferido la caja de jubilaciones. A Córdoba y a Santa Fe les corresponden cerca de 1.000 millones de pesos por mes, que no tenemos. O sea que hay que pagar las jubilaciones de los docentes, los médicos, la policía, todos los que han sido empleados del Estado, sacando plata a rentas generales y de gente que no tiene nada que ver.
-En este contexto, el gobernador Llaryora insistió en criticar fuerte la persistencia de las retenciones…
-Es que seguimos conviviendo con una excusa hace más de 20 años, ¿no? Si vos agarrás a todos los candidatos que fueron a las elecciones, todos plantearon que iban a eliminar las retenciones. El Presidente lo dice, pero no lo hace. Los gobiernos ponen excusas para no hacerlo, porque es muy fácil cobrar estos recursos, que se les sacan del bolsillo al productor y no vuelven nada para el sector productivo.
-O sea, ¿ahora insistirán con bajar retenciones?
-En la medida que se pueda, por donde se pueda, por el Congreso, en la tribuna pública, en el Pacto de Mayo, en cualquier instancia, el reclamo sigue siendo ese.
-¿Reducir retenciones sería una manera de mejorar la recaudación por coparticipación de impuestos genuinos a las provincias?
-Totalmente. La Argentina que tiene retenciones lo que ha logrado es tener prácticamente la misma producción hace 10 o 15 años. Y cuando vos mirás países de la región que no tienen retenciones y tienen tipo de cambio único, han duplicado la producción. Entonces eso es muy claro. También está probado que por cada dólar o peso que recibe el productor, el productor lo paga en otro tipo de impuestos, ya sea IVA, Ganancias o lo que fuere. Lo que pasa es que a las retenciones es muy fácil cobrarlas. Es como el Impuesto PAIS. Y todos hablan, todos dicen, pero nadie lo hace. Y eso es mucho esfuerzo que hace la provincia. Cordoba pagó, desde que están las retenciones, arriba de 41 mil millones de dólares. Es plata de los productores. Imaginate que podrían haber hecho si hubieran tenido en el bolsillo esa plata.
-¿Cómo funcionaría sacando retenciones?
-Lo vimos con el maní, por ejemplo. Nosotros logramos después de mucho esfuerzo que el maní tuviera retención 0, igual que la lechería. Para el complejo manicero, más o menos, son 140 millones de dólares que todos los años no se van del bolsillo de los productores y quedan en Córdoba. ¿Qué hacen los productores con eso? Invierten. Y cuando vas por la ruta 158, donde todo el maní se transforma para ser exportado, ahí te das cuenta que hay ocupación plena. Porque hay inversiones. Entonces funciona de esta manera. No se va la plata para, obviamente, sostener el Gran Buenos Aires, porque es mentira que los subsidios no existen. Siguen existiendo.
-¿Por qué no hay una reacción más decidida de la dirigencia gremial?
-La dirigencia gremial, a las provincias, cuando les suben un poco los impuestos, empiezan rápidamente a tratar de plantear alguna protesta, algún reclamo. Y está bien. Ahora yo digo, ¿sabe cuánto paga un productor en Córdoba, dueño de la tierra, por impuesto inmobiliario rural, que es el único impuesto que paga? Paga aproximadamente un promedio de 30 a 40 kilos de soja por hectárea por año. Y el 90% de eso nosotros, a través de un fondo de desarrollo agropecuario, lo devolvemos en obra de infraestructura. ¿Sabe cuánto paga ese mismo productor en concepto de retenciones? Este año que hubo una cosecha más o menos razonable, entre 1.300 y 1.500 kilos de soja por hectárea. Vos imaginate si estos 1.500 kilos de soja por hectárea los tubiera el productor,
-Han demostrado, en el debate de la Ley Bases, que las provincias pueden trabajar conjuntas, que pueden poner límites a la Nación en sentido colaborativo. Y han coincidido en esto con las entidades rurales. ¿No es hora de discutir un plan de reducción de las retenciones? Ser proactivos y no ser pasivos y esperar a que los otros se decidan a bajarlas.
-Totalmente. Creo que hoy están dadas las condiciones para que esto ocurra. Porque, primero, no hay una hegemonía en las Cámaras. Hay posibilidades de acuerdos concretos. Y me parece que si las entidades del campo y los sectores productivos trabajan con toda la fuerza política que realmente es muy transversal -porque la verdad las retenciones llegan a varias provincias y podría hacerse una masa crítica importante-, no tengo ninguna duda que podría sancionarse una ley que elimine las retenciones. No quiero ser demagogo, no digo de un día para otro o a cuenta de Ganancias. Tranquilamente esto podría ser. Hay que poner mucha energía a eso porque a veces pareciera que no es lo importante y se naturaliza.
-¿Qué quiere decir?
-En un encuentro de la molinería en Rosario, después de escuchar a los molineros, me di cuenta de que el problema es que tenemos capacidad ociosa y ya no podemos más vender al mercado interno y entonces que hay que exportar. Ahora, si tenemos retenciones, obviamente es más difícil exportar. Me di cuenta que todo va al mismo camino. Necesitamos estructuralmente, esto lo podemos hacer, cuando haya acuerdo -en el buen sentido de la palabra-, las cosas se logran.
Que tipo detestable…asique el gobernador levantó la voz?? Estuvieron 4 años calladitos la boca frente al atropello K del que se quieren despegar.
Recien se da cuenta que hay que exportar? Y antes?
Ahora que se empiezan a solucionar los problemas piden flan.