El gobierno presentó este viernes la decisión de no exigir más alguna documentación a los operadores de la cadena de la yerba mate como “parte de las medidas tomadas para impulsar el comercio y la producción mediante la simplificación de trámites y la reducción de la carga administrativa de los contribuyentes”. Pero lo cierto también es que en este sendero el Poder Ejecutivo está quitando la lupa de encima de la cadena de la yerba mate, una de las que históricamente presento mayores niveles de evasión e informalidad.
El transcurso de la historia dirá quién tenía razón. Lo cierto es que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) eliminó una serie de exigencias (allí las llamas “trabas”) en la cadena de comercialización de la yerba mate. Y que esta decisión se suma a una anterior de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (la ex ONCCA), desistiendo de la necesidad de que los operadores yerbateros tengan matrícula en el RUCA. Y a la parálisis en que se sumió el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) desde la asunción de Javier Milei, la que ni siquiera ha nombrado a un nuevo presidente.
Por eso, lo que para unos es simplificar la tarea de los privados, para otros se parece a una deserción visible de las tareas de control estatal sobre los operadores.
Lo cierto es que, en la Resolución General 5555/2024, publicada este viernes, la titular de la AFIP, Florencia Misrahi, decidió derogar un grupo de normas de 1998 que establecían la obligatoriedad de emitir una serie de documentos para poder trasladar e industrializar este cultivo, desde las chacras de los colonos a los secaderos, y desde allí hacia los molinos.
En los considerandos de la norma se explicó que en el tramo final del menemismo, la propia AFIP dispuso el procedimiento de traslado, registro y entrega de yerba mate, en todos sus estados, estableciendo al efecto el comprobante denominado “Hoja de ruta yerbatera” y el “Libro de Movimientos y Existencias”. Pero explicó que ahora la evasión en el sector parece haber desaparecido mágicamente, porque “razones de buena administración tributaria aconsejan abrogar” esas exigencias.
“De esta manera, la AFIP adecúa su normativa al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, que modernizó el Instituto Nacional de la Yerba Mate con el objetivo de agilizar las gestiones necesarias para la actividad y así reducir costos innecesarios de los distintos eslabones que conforman esa cadena”, explicó el organismo.
En concreto, la AFIP decidió eliminar el comprobante denominado “Hoja de ruta yerbatera”. Asimismo, los molinos, secaderos y/o depósitos ya no tendrán que registrar de forma obligatoria en el “Libro de Movimientos y Existencias” los ingresos, egresos y existencias de dichos productos. Es decir, no habrá posibilidad de controlar los stocks de yerba mate.
Prometen los sabuesos retroceder todavía más: “El organismo se encuentra abocado a la revisión de los diferentes registros, comprobantes, obligaciones y regímenes de información implementados durante gestiones anteriores que pudieran obstaculizar la agilización de los procesos, interferir en el comercio o incrementar los costos”, indicó un comunicado oficial.