El Banco Central cerró el primer semestre del año con números en verde en sus reservas brutas: Sumó 10.332 millones de dólares extra.
Como sucede hace años en el país, los que traccionaron el incremento fueron sólo un puñado de sectores, liderados por la agroindustria, la minería y la energía. A ellos, además, se les sumó un importante socio del gobierno, el de los organismos financieros, que hicieron un aporte para nada despreciable: Sus envíos igualaron la cantidad de dólares que generaron las exportaciones agroindustriales.
Ahí es donde se vislumbra que el ministro Luis “Toto” Caputo no regala abrazos a cualquiera. Si en la primera mitad del año se lo vio tan cerca del FMI y del agro -a quien primero le tiró un “hueso”, pero luego llamó “socio”-, no es fortuito: Toto es un hábil negociador y demuestra tener el olfato que, por incongruencias ideológicas o decisiones políticas, no quiso tener el kirchnerismo, cuando decidió abiertamente pelearse con el campo.
En total, de acuerdo con los registros de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los ingresos durante la primera mitad del año fueron de 45.427 millones de dólares. El podio, sin embargo, se lo disputan dos sectores muy opuestos, pero que, finalmente, terminan siendo patas clave del Palacio de Hacienda.
Por un lado, el sector productivo, la agroindustria argentina, que se anota a su favor un ingreso neto de 19.888 millones de dólares por exportaciones de bienes. Potenciado por las expectativas que generó la rebaja de las retenciones a los principales granos entre enero y julio, se mantuvo sólido en su rol de principal generador neto de divisas del país.
Por el otro, el sector financiero puro y duro, representado por los organismos multilaterales más poderosos del mundo. El Fondo Monetario Internacional, que no es la primera vez que le tira un “salvataje” a Caputo, desembolsó durante el primer semestre 11.191 millones de dólares -en el marco de los 20.000 millones prometidos- que se suman a los 8.834 millones que ingresaron por préstamos tanto públicos como privados y pago neto de intereses.
Si hilamos fino en el análisis, se observa que, en lo que va del año, la cuenta cambiaria fue negativa, a diferencia de la tendencia que se había observado durante 2024. Eso quiere decir que las exportaciones de la agroindustria, minería y energía no fueron suficientes para paliar la salida de divisas de los demás sectores, en medio de una normalización de las importaciones. En total, esta cuenta registró un negativo de 2600 millones de dólares.
No sucedió lo mismo en la cuenta financiera, en la que quedó un saldo positivo de 11.237 millones de dólares, que fue lo que permitió financiar ese déficit y completar un semestre de reservas positivas.
“Fue clave el desembolso del FMI y resto de organismos para lograr un fortalecimiento de las reservas internacionales en un contexto de normalización macroeconómica”, señalaron desde la Bolsa de Comercio rosarina.
En comparación con lo registrado en los primeros semestres de años anteriores, la acumulación de reservas netas del Central fue la mejor, cuanto menos, en los últimos 7 años.
Respecto al mismo período de 2024, el recuento de dólares a favor se duplicó, y llegó a ser hasta 160% superior a comparación de 2023.
Cabe destacar que, además de los efectos que tuvo la sequía sobre las exportaciones agrícolas, en años anteriores tampoco hubo desembolsos tan importantes de organismos financieros. En 2025, el gobierno eligió a los socios clave para fortalecer reservas.