Entre el sorgo y maíz, el agrónomo Vicente Trucillo Uriarte se decidió por el primero y nada tuvo que ver con eso la chicharrita. La elección de este mejorador sobre qué cultivo base iba a tratar de mejorar sucedió hace tiempo y tuvo mucho que ver son su natal Uruguay, porque en el vecino país el sorgo ha estado más integrado a la producción agrícola-ganadera.
Con el correr de los años el especialista se instaló en Argentina y luego de pasar por varias empresas, continúa con sus investigaciones en la semillera Tobin, una empresa familiar que hace aproximadamente dos años tiene dueños franceses y un especial interés en el desarrollo del sorgo.
“El sorgo estaba completamente integrado a las rotaciones con praderas y con otros cultivos en el Uruguay, se integraba mucho más a la explotación y a la producción de carne. El maíz en aquellos años era en un cultivo de autoabastecimiento que la gente se servía de su propia semilla, no estaba tan desarrollado”, contó el veterano breeder a Bichos de Campo.
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Si bien el escenario es un postal de la década de los 80, Trucillo Uriarte continúa con su “obstinada” elección, a pesar de reconocer que la gramínea no ha sido favorecida por la tecnología como otros cultivos. El experimentado mejorador asegura que aunque el sorgo ha tenido una evolución positiva -gracias a los programas de mejoramiento- se necesita mucho más que genética. El cultivo requiere mejores ambientes, un buen manejo y más tecnología.
En este sentido, habla de estudios recientes que demuestran cuánto se puede hacer para escalar en la producción de sorgo. Pues dice sentir “vergüenza” a la hora de hablar de rendimientos y contar con un promedio nacional de 3.500 kilos por hectárea. “Tenemos un módulo que se llama ‘Derribando paradigmas’, que es un ejemplo de un programa de mejoramiento genético nacional de la cadena, en el cual se prueba que ha habido una evolución positiva. Pero no todo depende de la genética, dijo Trucillo.
“Hoy tenemos en sorgo, tecnologías de resistencia, podemos usar una gama de herbicidas completamente distinta que nos mantiene el cultivo limpio, que nos permite expresar ese potencial de rendimiento que tiene esa semillita de sorgo que sembramos en el campo. Yo creo que ni a propósito, haciendo mal las cosas puede tener unos 3500 kilos de sorgo. Yo diría que se pueden alcanzar los 7 mil, 8 mil kilos tranquilamente”, aseveró.
Para Trucillo Uriarte existen las condiciones para duplicar los rendimientos actuales, porque en genética casi todo está hecho. “Hay buena genética, hay buenas tecnologías y están apareciendo cada vez más. Por ejemplo, de resistencia a herbicidas, no transgénicas, que son por métodos de mejoramiento más tradicionales, es el caso de la mutagénesis. También está más que probado la respuesta a la tecnología en cuanto a la respuesta a fertilizantes. La respuesta a nitrógeno yo te puedo decir que es similar a lo que es maíz”.
-¿Entonces decís que en Argentina el sorgo podría rendir mucho más si hacemos las cosas bien?
–Sin ninguna duda. Lo que pasa es que el sorgo tiene grandes virtudes: es un cultivo rústico que tolera la sequía, que tiene mecanismos de zafar en alguna manera de la sequía porque quedan en latencia y después retoma su crecimiento porque tiene ancestralmente genes que le permiten hacer eso, cosa que no ocurre con el maíz, .Pero por esa fama de rústico y eficiente va a los peores lotes.
Sin embargo, el mejorador está convencido que el sorgo es una real y concreta alternativa al cultivo de maíz, que ha desencadenado en un verdadero temor con la aparición de la chicharrita. “Es la alternativa más válida para sustituir maíz donde están los problemas con estas enfermedades que ha generado la famosa chicharra. Este vector es el causante de los desastres absolutos en maíz este año. El sorgo es una alternativa súper válida porque además tenemos la demanda de China y los precios en el último año ha superado levemente a maíz”, señaló.
“Entonces tenemos precios futuros, precios y demanda sostenida en China. El cultivo tolera situaciones subóptima. Sabemos cómo manejarlo. Podemos producir carne, es decir que podemos venderlo forrado de cuero y en cuatro patas. Entonces tenemos un montón de oportunidades y todo para ganar”, celebró Trucillo.
-Ahora que todos corren hacia el sorgo por el miedo de la Spiroplasma ¿Va a haber semilla suficiente para sembrar sorgo?
–Hay semilla. No sé si va a haber semilla suficiente, porque la demanda es impresionante. Podríamos llegar a los 2 millones de hectáreas, pasar de 1millón a 2 millones de hectáreas. ¿Ahora, quién en su sano juicio para la siembra de producción de semilla del año pasado va a duplicar el área de sorgo para el próximo año? Nadie lo hizo. Nadie previó el nivel de desastre que iba a ser esto. Entonces puede ser que lleve un tiempo. Yo creo que va a llevar un año aproximadamente.
-Tobin siempre fue una empresa familiar y recientemente fue comprada por una compañía francesa ¿Fue por un interés particular en el sorgo?– le preguntamos.
Exactamente. Fue vendida hace dos años a una compañía francesa que se llama R.A.G.T. Son letras que simbolizan cuatro regiones de Francia y se inició como cooperativa. Su interés es el sorgo y también hacer un pie en Argentina. Trabajan en 50 cultivos distintos, por ejemplo en trigo son muy fuertes y en cebada. Más de la mitad de la cerveza que se toma en Europa se hace con una variedad de R.A.G.T. Tenemos foco en sorgo y es nuestro fuerte hoy en día, pero estamos comercializando semillas de trigo, cebada, arveja y colza. Hay un abanico de variedades y de cultivos impresionante. En Argentina se están apoyando en el sorgo, pero estamos con girasol también.
Sin dudas el Sorgo tiene guardado alto potencial !! Pero en la actualidad no se siembra de modo óptimo para dejar que exprese su redindimiento genético .
Excelente nota con un experto en la materia!!!