Finalizó la cosecha argentina de girasol con una producción de 3,34 millones de toneladas y un rendimiento promedio nacional de 20,7 qq/ha.
El dato de la presente campaña que hubo algunos “loquitos” que sembraron girasol en la zona núcleo pampeana –algo muy inusual– y se terminaron sacando la lotería.
Unas 27.000 se sembraron en 2021/22 en la zona núcleo pampeana, donde suele prevalecer por “goleada” la presencia de maíz y soja. Pero la cuestión es que el rendimiento promedio en esa zona superó los 28 qq/ha y los productores se encontraron, en plena cosecha, con precios imposibles de imaginar al momento de sembrar.
Los forwards de comienzo de campaña se ubicaron en unos 400 u$s/tonelada: un precio muy atractivo para ponerle unas “fichas” al cultivo. Pero, luego del estallido del conflicto ruso-ucraniano, los precios volaron para ubicarse entre 550 y 800 u$s/tonelada. Un auténtico e inesperado negoción.
En la Cuenca del Salado, con 118.500 hectáreas cosecharas, también se lograron muy buenos rindes con un promedio final de 25,4 qq/ha, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Sin embargo, en dos zonas girasoleras tradicionales, como el sudoeste y sudeste bonaerense, la restricción hídrica le pegó al cultivo y terminó en ambas con promedio que no lograron superar los 20 qq/ha.
En cambio, en el centro-norte de Santa Fe, otra región tradicional, el rinde promedio de 22,9 qq/ha se ubicó dentro de lo esperado, aunque no fue el caso del NEA, donde la seca no permitió superar los 18 qq/ha.