En la zona de Concordia, en el norte de Entre Ríos, donde hay cerca de un millar de hectáreas implantadas con arándanos, se puso en marcha en los últimos días la temporada 2019, que durará hasta fines de noviembre o principios de diciembre. Es muy significativa la cantidad de mano de obra que se moviliza entre la cosecha y el empaque de esta fruta fina, que tiene como principal destino los mercados de exportación.
Como antesala a este pico de actividad en la principal región arandanera del país (otra porción importante surge de Tucumán y el resto de Buenos Aires), desde hace diez años se realizan las jornadas técnicas de Arándano, organizada por la asociación de productores de la Mesopotamia, APAMA. Allí su titular, Alejandro Pannunzio, planteó la agenda de necesidades de este sector, que luego ratificó por carta dirigida al presidente Mauricio Macri.
Por supuesto la lista de reclamos de los arandaneros comienza con el pedido de eliminación de las retenciones a la exportación de esta economía regional. Pero luego de eso hay algunas medidas reclamadas que suenan sensatas y que no tendrían costo fiscal. Más bien, se apunta a corregir distorsiones financieras que penalizan a los productores.
Concretamente, APAMA reclamó que la AFIP habilite una “cuenta única tributaria para usar el crédito fiscal de IVA para pagar cargas sociales” y otras obligaciones. ¿Qué quiere decir? Que las empresas exportadoras de arándanos, dejen de esperar larguísimos meses para recuperar los saldos de IVA por sus embarques (el impuesto es al consumo interno y debe ser reintegrado en operaciones de exportación). El costo financiero de tanta espera, en un país que tiene 50% de inflación anual, es lapidario para las firmas que terminan recuperando mucho menos dinero del que pagaron.
Por eso se propone crear una cuenta corriente, que administre esos créditos de IVA y habilite al exportador a utilizar ese dinero “virtual” para cancelar otras obligaciones, en especial los aportes patronales de sus trabajadores.
En el mismo sentido, el titular de APAMA reclamó a las autoridades nacionales que incluyan en la suba del mínimo no imponible de Aportes Patronales a los trabajadores de la cosecha del arándano (en esto pasa lo mismo en otras actividades zafreras), ya que la AFIP excluyó de ese beneficio a los contratistas que manejan las cuadrillas de cosecheros. Esta medida, bien aplicada, podría ser útil además para combatir las contrataciones informales en el sector.
Los reclamos de Pannunzio y los otros socios de APAMA fueron escuchadas por el secretario y el subsecretario de Agricultura, Guillermo Bernaudo y Luis Urriza respectivamente. Pero también fueron elevadas directamente a Macri. Según el productor de arándano, si el gobierno decidiera positivamente ante estos reclamos “el resultado sería inmediato, dando más kilos exportados y más puestos de trabajo. El impacto se vería ya”.