Exactamente tres meses atrás, un productor que estaba en plena cosecha de soja de primera tuvo la posibilidad de vender Soja Rosario Julio 2022 en el Matba Rofex por un valor de 452,5 u$s/tonelada.
Este miércoles 20 de julio ese contrato terminó con un valor promedio de 382,5 u$s/tonelada, lo que implica que el productor que tomó la cobertura el pasado 20 de abril logró obtener una diferencia de 70 u$s/tonelada.
No existe ninguna otra herramienta que permita generar una diferencia tan significativa en el negocio de la soja que la “tecnología comercial” a partir de la elevada volatilidad de precios presente en el mercado internacional.
El factor clave del bajón de precios registrado en los últimos tres meses es que el mismo no se explica por los fundamentos intrínsecos del mercado agrícola –que de hecho son alcistas–, sino por factores geopolíticos y financieros.
El temor de una recesión global motorizada por un conflicto abierto entre China y EE.UU. –algo así como la “guerra comercial” promovida por Trump pero multiplicada por tres– está haciendo que administradores de fondos corporativos y de inversión liquiden “a dos manos” sus posiciones en futuros de commodities con el propósito de adelantarse al daño generado por el potencial conflicto que está latente entre ambas potencias.
No puede pasar desapercibido que la “guerra” entre EE.UU. ya está vigente hace rato en el terreno discursivo. Esta semana el gobierno chino liderado por Xi Jinping afirmó que “EE.UU. debe detener inmediatamente las ventas de armas y su contacto militar con Taiwán, dejar de crear factores que provocan tensiones en el estrecho de Taiwán e implementar fielmente la declaración de no apoyar la ‘independencia de Taiwán’ hecha por su gobierno”.
Taiwán nunca ha sido gobernado por el Partido Comunista chino ni ha formado parte de la República Popular China y la mayor parte de sus 23 millones de habitantes no desean renunciar a su soberanía o estilo de vida democrático. Sin embargo, el gobierno chino liderado por Xi Jinping considera que es parte de su territorio y en los últimos años viene aprovechando su creciente influencia comercial para aislar diplomáticamente al gobierno de la isla.
En el próximo mes de agosto la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, planea realizar una visita a Taiwán, razón por la cual el gobierno chino se manifestó en contra de la misma.
Si el gobierno de EE.UU. decide no respetar los designios del Partido Comunista chino, entonces “China –afirma el comunicado– tomará medidas fuertes y decididas para salvaguardar su soberanía e integridad territorial y EE.UU. debe asumir toda la responsabilidad por cualquier consecuencia que resulte de ese hecho”.