Finalmente, tal como había anticipado Bichos de Campo, el mercado argentino de soja ingresó en una fase de “sequía comercial” luego del aumento libertario de derechos de exportación.
La comercialización de soja descendió de manera abrupta y cambiaron las condiciones, dado que la mayor parte de las operaciones se realizan con “precio a fijar”.
Tal como sucedió durante los sucesivos regímenes de “dólar soja” instrumentados por el gobierno anterior, en la gestión libertaria la rebaja temporaria de derechos de exportación se aplicó con la misma lógica y las consecuencias derivadas de tal política son efectivamente las mismas: luego de un período de auge frenético de ventas y declaraciones de embarques, viene inmediatamente después una fase de interrupción de operaciones.
El problema es que los mecanismos intervencionistas, como el “dólar soja” o la rebaja temporaria de retenciones, bastardean la dinámica del mercado porque los productores, luego de aprovechar la ventana de ventas con “premio”, una vez acabado el régimen se sientan a esperar una nueva edición del mismo.
En lo inmediato, no existen mayores inconvenientes porque tanto los exportadores como la industria oleaginosa están bien abastecidos de poroto. La pregunta que nadie puede responder es qué sucederá si la “sequía” de ventas se extiende por demás, los precios internacionales siguen “planchados” y el gobierno no instrumenta una segunda edición de la versión libertaria del “dólar soja”.
La diferencia entre la actual gestión con la administración de Alberto Fernández es que los productores –aún con políticas crediticias que los discriminaban si no vendían sus tenencias de soja– tenían con el gobierno anterior herramientas financieras para poder “aguantar” la mercadería.
En la actual coyuntura las tasas de interés en pesos son prohibitivas, mientras que aquellas en dólares son carísimas, lo que implica que aquellas empresas agrícolas que no tengan otras “monedas” –como ganadería, leche, porcinos, etcétera– seguramente estarán obligadas a desprenderse de granos para poder sostener el pago de compromisos.
Una buena manera de defenderse en tal escenario es estar atento a todas las alternativas comerciales posibles, ya que siempre aparecen oportunidades, como la que se presentó esta semana con el salto del tipo de cambio.
Por otra parte, el maíz, por el momento, se viene defendiendo bastante bien a pesar de la suba de derechos de exportación aplicada desde el pasado 1 de julio, por lo que gran parte de los productores está optando por vender cereal para generar liquidez.