La sequía comercial post “dólar agro”, un fenómeno que se inauguró en las sucesivas implementaciones del “dólar soja”, ahora se observa también en el caso del girasol.
Luego de la finalización del “dólar girasol” a fines de mayo pasado, las ventas de la oleaginosa en el mercado argentino virtualmente se paralizaron.
La industria girasolera cuenta por el momento con reservas para hacer frente a las necesidades internas de molienda, pero esa situación no será permanente.
El último dato oficial publicado por la Secretaría de Agricultura, correspondiente al pasado 7 de junio, indica que la demanda (industria + exportación) había logrado comprar 2,574 millones de toneladas de una cosecha 2022/23 estimada en 4,90 millones.
La industria aceitera aún debería comprar poco más de 2,0 millones de toneladas más de girasol 2022/23 antes de la finalización del ciclo comercial del cultivo en diciembre de 2022. Pero, luego del programa cambiario del “dólar girasol” (en realidad una reducción parcial de la “retención cambiaria”), esa oferta no estará disponible hasta la aparición de un nuevo incentivo.
Insólitamente, la Secretaría de Agricultura sigue publicando el listado de precios FAS teórico del girasol (y también de la soja) disponible con y sin tipo de cambio especial de 300 $/tonelada, donde se puede apreciar el impacto de las “retenciones cambiarias”.
Vale recordar que el tipo de cambio de mercado, considerando la cotización del dólar negociado en mercados bursátiles externos (“contado con liquidación”), se encuentra en torno a los 500 $/tonelada.
ni hablar q el mercado de girasol es un MONOPOLIO, pagan lo que quieren, maxime que la exportacion no esta jugando….hay q aguantarlo. es medio vergonzoso lo que pasa con el girasol, se quedan con un buen margen q pertenece a los productores