“¿Cuánto operaba Vicentín?”, pregunta en el aeropuerto de San Fernando, recién aterrizado de Venado Tuerto, el CEO de Syngenta para el Cono Sur.
“En su mejor momento, exportó seis millones de toneladas anuales”, le decimos.
“Bueno, nosotros juntamos casi la mitad de eso, entre soja y maíz, estamos en 2,5 millones de toneladas anuales. Y aspiramos a incrementar ese volumen vendiendo más insumos a través de los planes canje”, informa Antonio Aracre, que acaba de compartir un acto en la planta de semillas de Venado Tuerto nada menos que con el presidente Alberto Fernández y varios de sus ministros. Allí anunció la decisión de la compañía originaria de Suiza (tiene su sede central en Basilea) de convertirse en exportadora de esos granos. Bichos de Campo ya contó ayer la noticia. Ahora se vale del CEO de Syngenta para tratar de explicarla.
¿Cuál es el plan de Syngenta? ¿Y cuáles son sus razones para incrementar su radio de negocios? Aracre nos cuenta que ellos actualmente colocan 60% de sus productos (semillas y agroquímicos) a través de planes canje en el disponible o bien a cobrar en cosecha. Y que con eso reúnen esa oferta de granos que envidiaría cualquier empresa originadora. Vicentin fue una comparación, pero 2,5 millones de toneladas de granos es lo mismo que exporta una empresa como la argentina Aceitera General Deheza (AGD) o más de lo que vendió Molinos Agro en 2019.
YPF Agro, que canjea el gasoil y los fertilizantes también por granos, apenas exportó un millón de toneladas el año pasado, en una operatoria semejante a la que ahora imagina Syngenta.
Hasta ahora, la mesa de negocios de Syngenta canalizaba ese volumen de granos por los exportadores tradicionales, en especial a través de LDC Commodities (Louis Dreyfus). Ahora, al menos una parte importante de esas toneladas (por lo menos un millón sobre las 2,5 millones disponibles por año) serían exportadas directamente por la compañía de insumos, que se registrará para eso como exportadora de granos.
Corren con ventaja: lo que se anunció en Venado Tuerto ante la mirada de Alberto es un convenio con otra empresa perteneciente al Estado chino, Sinograin, que se comprometió a comprar en la Argentina el año próximo 4,0 millones de toneladas de porotos de soja y 400.000 toneladas de aceite. Esa estatal, enfocada en la importación de materias primas básicas para el gigante asiático, incrementará 30% sus compras aquí, pues antes llevaba 3,0 millones del poroto y 300.000 de aceite. Ese tonelaje adicional será el que les proveerá directamente la semillera, en un acuerdo privado.
“¿Con qué elevadores? ¿Van a invertir en puerto propio?”, le preguntamos a Aracre.
“Buena pregunta. Por ahora no. Estamos buscando la mejor alternativa, en especial porque vamos a necesitar capacidad de acopio. Pero es muy prematuro hablar de instalaciones propias”, contestó.
En voz baja, voceros de Syngenta contaron que los ejecutivos locales de Cofco llamaron apresurados ni bien se enteraron de esta posibilidad. Son los otros chinos del tablero. Syngenta fue adquirida hace unos años por Chemchina, una estatal dedicada a los agroquímicos. Cofco es otra enorme multinacional de ese origen, y absorbió a Nidera y a Noble, hasta ubicarse ahora en el podio de agroexportadoras locales, junto a Cargill, Bunge, ADM y LDC (el famoso ABCD). Sería lo natural que Syngenta canalizara sus granos por esa exportadora, pero eso no está para nada decidido.
“Vamos a hacer lo que nos convenga a nosotros y al productor argentino”, enfatriza el CEO local de Syngenta. Así deja en claro que su intención es tratar de pagar más por los granos (eliminando muchos de los costos fobbing de la intermediación) para que los chacareros elijan canjearlos por una mayor cantidad de insumos de la compañía.
Desde esta lógica, Syngenta no va a salir a comprar granos adicionales a los que reciba por los canjes. “No nos interesa meternos en el negocio del trader”, define su directivo.
Pero la idea de volcar los granos que obtienen hacia China es muy clara. Hay una matriz que tiene que ver con la decisión de aquel país de proveerse de grandes volúmenes de soja y maíz a largo plazo, y que involucra a todas las empresas satélites del gobierno del Partido Comunista, se llamen Cofco, Sinograin o Syngenta. De hecho, la misma estrategia que la proveedora de insumos desplegará en la Argentina se aplicará en Uruguay y también en Brasil. Nada menos que en Brasil, mayor exportador de soja del mundo.
Por otro lado, Aracre contó a unos pocos periodistas en qué consistirán las inversiones anunciadas para agrado del presidente Fernández. Se habló de 25 millones de dólares en el bienio 2020/21, especialmente en la modernización y ampliación de las dos plantas de semillas de maíz y girasol que la compañía tiene en la localidad de Venado Tuerto. Pero hay más: unos 10 millones de dólares que la filial local se reserva para la eventualidad de ingresar en el capital de otras empresas.
¿Qué pasa? ¿Syngenta saldrá a comprar empresas? No, nada que ver. Aracre explicó que está lanzado a un plan para ampliar del 50% actual a un 80% en un par de años la participación de los productos elaborados en el país, en detrimento de las importaciones. Este plan, conversado largamente con el ministro Matías Kulfas, implica hacer inversiones en una serie de empresas que son proveedoras de la multinacional, y que se despliegan en varias provincias, incluso en Tierra del Fuego.
La idea de Syngenta es capitalizarlas para ayudarlas a crecer y modernizar sus estructuras, para que así puedan sumarse a este esfuerzo de sustitución de importaciones. En algunos casos, los préstamos se podrán pagar con la producción, pero en otros no se descarta que Syngenta se asocie con un porcentaje minoritario de esas firmas.