El Grupo Don Mario (GDM) llevó a cabo su tradicional jornada anual sobre actualización en soja, el cultivo emblema de la compañía nacida en Chacabuco, Buenos Aires. Esta vez y de modo virtual, la temática del convite estuvo apuntada a dos ejes concretos: incentivar la habilidad de los productores por ser sustentables con los recursos utilizados, por eso el juego de palabras para el nombre del evento -Susten-habilidad-. Y por otro lado, hablar de Enlist en soja, la nueva tecnología de apilado de eventos de resistencia a herbicidas que ya fue aprobada por China y el año que viene saldrá a la cancha en la Argentina.
Para machacar sobre los conceptos de sustentabilidad ambiental, económica y social, el histórico directivo de DonMario, Obdulio San Martín, propuso “darle una vuelta de tuerca” a todos los conocimientos y datos que se generan en el sector agrícola, con una mirada holística. Allí recordó al reconocido productor de avanzada Rogelio Fogante, quien decía que hay que mirar el todo a la hora de producir, abarcando las miradas sociales y cuidando los recursos. Nunca más vigente.
Luego, con el mismo propósito llegó el turno de Jorge González Montaner, un asesor privado con vasta trayectoria en el campo y siempre cerca de los grupos CREA. Quien primero se preguntó qué tipos de alimentos son los que demanda el mundo, “porque si todos fuéramos vegetarianos ya tenemos alimentos hasta el 2050. Ojo que todos algún día dejamos de fumar”, pensó. “Y si hay que producir más, no podemos seguir haciéndolo a cualquier costo o de cualquier forma”, agregó.
González Montaner coincidió que los tres pilares a tener en cuenta son los que mencionó Obdulio: el social, el económico y el ambiental. “Hemos crecido tratando de generar parches ambientales, y aumentamos la productividad, pero luego aparecen problemas como las malezas resistentes o pérdida de rentabilidad”, subrayó.
“La propuesta es avanzar hacia un paradigma alternativo en donde incorporemos sistemas de regulación y soporte. Porque estamos en una situación muy caótica, con las malezas resistentes por ejemplo, el aumento de costos es muy elevado”, aseguró. “Vemos que ha bajado el uso de glifosato, pero se ha incrementado el uso de otros herbicidas más tóxicos”, contó.
Luego González Montaner mostró el mapa de caída de materia orgánica elaborado por el INTA. “Creo que el esquema de alquileres de los campos ha afectado en esto y la demanda nutricional termina siendo cada vez más elevada”, se preocupó.
Por último, González Montaner se ilusionó con las tecnologías que crecen en el sector para paliar las problemáticas mencionadas. “Los sistemas de WeedIt o WeedSeeker -para aplicación selectiva de herbicidas-, más los drones e imágenes satelitales; nos permiten minimizar las aplicaciones de herbidas. Tenemos evaluado en el sur de la provincia de Buenos Aires ahorros que van del 60 a 70% en producto”.
“Y después todo lo que tiene que ver con el uso de cultivos de servicio, está comprobado que reducen la presión de malezas y aumentan notablemente la biomasa microbiana de los suelos, que son los pibes que se van a ocupar luego de la doscomposición de la materia”, describió.
Luego de toda la mirada holística que debe abarcar el sistema productivo local, llegó el turno de la genética disponible para producir más granos por hectárea. Jerónimo Costanzi, gerente de desarrollo de GDM para todo Cono sur está convencido que en 10 años el rendimiento promedio de la soja en Argentina será de 6 mil kilos por hectárea. Y dice eso en base a que ve que el crecimiento en ganancia de rinde por avance genético escala a razón de 28 kilos por año.
El joven directivo es un estudioso de las brechas de rendimiento, y calcula que hoy usando la mejor genética del mercado, se puede escalar en promedio de rinde en un 12%. Siendo mayor en el norte (14%) y 10% en zona núcleo.
Luego repasó el portafolio actual de la compañía en soja, con gran presencia de tecnología STS (tolerante a la sulfonilurea) que resiste las aplicaciones de Sulfometurón Metil + Clorimurón. Y celebró que el año que viene lanzarán las primeras sojas con tecnología Enlist, tolerantes a 2,4D y Glufosinato de amonio, que las vienen evaluando desde hace 10 años. Para esto le dio pie al Rafael Frene, líder en la materia de Corteva, empresa generadora de la tecnología.
Frene destacó que el control de malezas es hoy la variable de análisis más importante de todos los técnicos agrícolas del país. “Los costos se han incrementado en hasta cuatro veces y la evolución de las malezas resistentes es altísima”, destacó.
Ver: Rafael Frene, de Corteva, explica para qué sirve el flamante “Maíz Enlist”
Y potenció este problema a nivel mundial: “se calcula que existen 130 millones de hectáreas con malezas resistentes y el costo medio ronda los 30 dólares por hectárea, lo que da que son cerca de 4 mil millones de dólares que se gastan por campaña al combatirlas. En la Argentina no tenemos ninguna hectárea que no tenga una maleza resistente, y en la mayoría conviven dos o tres solapadas, con la complicación que son gramíneas y latifoliadas y se dificulta mucho el control”, describió Frene.
El especialista de malezas en Corteva, describió que los tres grandes dolores son fundamentalmente: Conyza (rama negra), diversas gramíneas y Amaranthus (yuyo colorado). Este último se calcula que está en 17 millones de hectáreas en la Argentina, cuando en 2012 estaba en medio millón, para imaginar la escala de multiplicación que evidencia.
Frene destacó que Enlist será una herramienta muy valiosa, pero sin dejar de ser una más en el mercado, cosa de no abusar de la misma. Y recordó que el 2,4D sal colina (Colex D), no se volatiliza y que al formar un tamaño de gota más grande, la deriva se reduce muchísimo. Desde 50% a 90% según condiciones y la boquilla que se usa en la máquina pulverizadora.