Durante todo diciembre pasado, Bichos de Campo ha contado con pelos y señales, en el medio de acusaciones y descargos, la historia de Díaz & Forti, la empresa cerealera que se hizo cargo de operar a fazón las dos plantas aceiteras de Vicentin SAIC hasta que el Ministerio de Agricultura, la Aduana y el Banco Central (BCRA) la impugnaron por diferentes razones. La última de ellas fue que no había liquidado las divisas correspondientes a exportaciones por cerca de 400 millones de dólares.
La Justicia, finalmente, le dio la razón al Estado, y confirmó la suspensión de la empresa ligada al Grupo Olio del Registro Único de Operadores de la Cadena Agroalimentaria (RUCA). La firma curiosamente no discutió esa última decisión y el futuro inmediato de las fábricas aceiteras de Vicentin quedó envuelto en una nebulosa: ¿Cómo iban a seguir trabajando si la empresa que debía proveerle la soja para moler estaba impedida de seguir operando en el mercado?
No hubo escándalo mediático ni apelación judicial ni protesta sindical frente a semejante escenario. Y eso llamó la atención, al menos nuestra atención, porque son muchos y millonarios los intereses que están en juego.
La explicación, reconstruida de diversas fuentes, es que se intentó seguir operando en la fábrica aceitera de Vicentin SAIC en San Lorenzo con soja puesta a nombre de una empresa que estaría claramente ligada a los intereses del Díaz & Forti y el Grupo Olio. Se trata de la firma Extrugreen SA, un acopio ubicado en Arequito, la “capital nacional de la soja”. Su acta fundacional afirma que se dedicaría a “la industrialización y acopio de cereales, oleaginosas, molienda, fabricación de aceites, speller (sic), balanceados”, pero en los últimos años no se conocen demasiados antecedentes concretos en el negocio de la molienda de soja.
Uno de los socios de Extrugreen SA es el arequitense Nelso Omar Barrau, quien en 2010 participó de la fundación de una segunda firma, Los Reartes SA, que se dedicaría inicialmente a prestar servicios de siembra. Allí su único socio y quien sería el presidente de esa sociedad era Rubén Darío Venecia, un rosarino que en los últimos diez años trabajó siempre para el denominado Grupo Olio. Los Reartes, incluso, es una firma que ese grupo reconoce como propia, además de la cerealera Díaz & Forti.
El mencionado Venecia ha ocupado puestos de dirección en todas las empresas ligadas actualmente a los fallidos operadores de las plantas industriales de Vicentin SAIC. Consultada su historia laboral reciente en las bases de acceso público, entre 2012 y 2020 ha sido empleado de Los Reartes SA, devenida en la empresa ganadera del Grupo Olio, pero en 2019 cobró salario además de Díaz & Forti, y a partir de septiembre de ese año pasó a desempeñarse además en Frigorifico Alberdi, la planta de carne de Paraná que el grupo comenzó a manejar en esta etapa de expansión.
En principio, según la información disponible, las autoridades que intervienen en este caso ya habían impedido el desembarco de Extrugreen SA como proveedora de soja de la planta de molienda que operaba Díaz & Forti y que pertenece a Vincentin. Con este movimiento, vuelve a ser una incógnita cómo seguirá operando esa fábrica aceitera.
Todos los pasos deberían ser monitoreados de cerca por el juez Fabián Lorenzini, a cargo del concurso preventivo de Vicentin SAIC, quien en el marco del proceso, autorizó la operación de las plantas industriales del grupo por parte del Díaz & Forti.