El pedido del regreso de los chicos a las escuelas es cada vez más sonoro pues el impacto por el cierre de estos establecimientos también lo es. En buen número, muchos padres decidieron nuclearse para juntar en su solo grito el pedido: regreso a las aulas ya. Se extiende, claro, a las escuelas rurales, donde el cierre en muchos casos parece menos comprensible que en los grandes centros urbanos.
Fernando Bargo pertenece a una entidad que se generó en torno a esta problemática: Padres Organizados (PO). Se trata de un grupo de padres autoconvocados que se nuclearon para pedir por la presencialidad de las clases con protocolos. La iniciativa surgió a partir de la preocupación de seis padres que se pusieron en contacto a través de las redes sociales para conversar sobre la falta de información y perspectivas para el regreso a las clases presenciales.
“Somos un grupo de padres abiertos, autoconvocados que reclamamos presencialidad con los protocolos necesarios para garantizar el cuidado de todos”, dice Bargo en diálogo con Bichos de Campo. Agrega que están muy preocupados por la educación de sus hijos. “Nos juntamos porque creemos que la educación debe ser una prioridad”, indica.
Padres Organizados ya está presente dentro de algunas provincias y localidades tales como 25 de Mayo, Trenque Lauquen, Pilar, Lobos, Rojas, entre otras. Bargo, oriundo de 25 de Mayo, es asesor de establecimientos lecheros y empresas agropecuarias pero también se dedica a la docencia y asegura: “Somos muchos los padres que participamos de distintos colegios con los que intercambiamos ideas porque queremos trabajar junto a ellos para conformar una comunidad”.
“Como padre de cuatro hijos estoy preocupado por la falta de presencialidad en la educación, no sólo por el daño que se ocasiona en el aprendizaje sino también por la afección a la salud mental que se provoca”, remarca. Los hijos de Bargo asisten a una escuela de la ciudad cabecera del partido de 25 de Mayo.
“El año pasado empezamos con clases a distancia pero entre los padres notamos que nuestros hijos no estuvieron bien, la educación no fue del todo efectiva y si bien sabemos del esfuerzo que se hizo por parte de los docentes surgió la preocupación pensando en este ciclo, el 2021, y lo que podemos hacer para que haya protocolos seguros que permitan cierto nivel de presencialidad buscando una educación efectiva y un tema de salud mental de nuestros hijos dado que necesitan interacción con sus pares”, declara.
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Sobre la cuestión de la salud mental en los jóvenes, asegura Bargo que se expidió también la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en octubre del año pasado. “Desde allí también advierten que por el cierre de escuelas se notan más trastornos de ansiedad en los más chiquitos, depresión en los adolescentes y trastornos alimentarios”, manifiesta Borgo, quien educa hace varios años en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ).
“Nosotros no tenemos estadísticas sobre cuántas escuelas siguen cerradas; eso en todo caso habrá que pedirlo al ministerio de Educación nacional y a nivel provincial. Sólo somos padres pidiendo a las autoridades pertinentes que aseguren el derecho constitucional de nuestros hijos a ser educados”, resume.