Desde hace rato, al menos un par de meses, que Fernando Vilella, el prestigioso ex decano de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), ronda los equipos técnicos de Javier Milei, el presidente electo este domingo. Vilella es quien cuenta en estos momentos con mayor posibilidades concretas de conducir la Secretaría de Agricultura en el nuevo gobierno, y parece haber solo dos cosas que podrían evitar que eso suceda: la aparición de un “tapado formoseño” o que el nuevo ministro de Economía, cuyo nombre todavía no se conoce, no tenga una postura clara en materia de retenciones.
El acercamiento de Villela a La Libertad Avanza (LLA) era conocido hace bastante tiempo, pero en Bichos de Campo recién nos atrevemos a publicarlo ahora fundamentalmente por dos motivos: 1) hay un personaje clave, muy cercano al presidente electo, que lo ha validado como interlocutor; y 2) Ya hay tratativas concretas con otros espacios políticos buscando construir una hoja de ruta y un equipo de trabajo.
Hace un par de semanas, Vilella mandó a todos sus contactos un mensaje muy emotivo donde contaba que estaba dando su última clase en la Facultad que lo cobijó durante varias décadas e incluso lo tuvo como decano, y que lo tenía últimamente al mando de los posgrados de Agronegocios y Bioeconomía, su gran obsesión. Pero lejos estaba de jubilarse o nada parecido: ya estaba -financiado por un grupo de empresas del propio sector- construyendo una propuesta de política agropecuaria para el flamante espacio de Milei, por si llegaba a ganar el balotaje.
En este derrotero, el ex decano de la Fauba ya tomó contacto con muchos dirigentes de entidades rurales y también con integrantes del equipo que manejó la Secretaría de Agricultura en tiempos de Cambiemos, entre 2015 y 2019, como Guillermo Willy Bernaudo o Ricardo Ricky Negri. Ambos venían trabajando en la plataforma agropecuaria de los candidatos de Juntos por el Cambio. El intercambio no avanzó por ahora más allá de sugerencias, correcciones e intercambio de papers, dijeron fuentes de ambos lados.
Vilella se está presentando como asesor agropecuario de LLA en tandem junto a Pedro Vigneau, productor de Bolívar y presidente de Maizar; y Germán Paats, también productor y hasta hace unos días presidente de la Fundación Barbechando. Los tres han presentado incluso un documento con los lineamientos centrales de su propuesta agropecuaria. Pero son solo la cara visible de un equipo mucho más extenso, que ya tiene más de 20 personas trabajando.
Pero eso, en el traicionero idioma de la política puede significar poco o nada.
Todos recuerdan que el propio Ricky Negri estuvo trabajando intensamente para asumir como ministro de Agricultura de Macri en 2015, pero fue reemplazado a último momento por el ex diputado formoseño Ricardo Buryaile, fruto de los acuerdos de la coalición de gobierno con la UCR.
La misma experiencia frustrante vivió el economista Gabriel Delgado, un histórico del INTA: a fines de 2019 tenía todo listo para conducir la cartera agropecuaria desde el comienzo de la gestión de Alberto Fernández pero de golpe y porrazo apareció Luis Basterra, también ex diputado formoseño, para tomar ese lugar. Agricultura, en los últimos dos gobiernos, parece ser un casillero poco importante, que se reserva para sellar los acuerdos de la política.
Por eso el primer gran escollo para que Vilella asuma en el cargo es, en principio, que exista algún formoseño agazapado. Por si acaso, habría que tener cuidado con Francisco Paoltroni, productor de esa provincia y ex candidato a gobernador, que fuera derrotado por Gildo Insfrán en su enésima reelección, pero que más recientemente fue electo como senador nacional avalado por LLA en esa provincia.
Pero, más allá de las chanzas, hay otros motivos de mayor peso que podrían jugar en contra de este equipo agropecuario en formación. En principio, no saben todavía quién será el ministro de Economía del que dependerá Agricultura, y por lo tanto tampoco conocen cuál será el sendero que tomará el nuevo gobierno en materia de retenciones. “Fernando tiene un nombre dentro del sector y no lo va a rifar si no se define con claridad un sendero en materia de retenciones”, explicaron cerca del catedrático.
Milei ha puesto últimamente paños fríos a la posibilidad de que ese tributo, que todo el campo repudia abiertamente, sea eliminado de inmediato, y más bien condicionó su baja a la evolución de otros resortes claves de la economía, como la brecha cambiaria o el déficit de las cuentas públicas. Pero también ha repetido que quiere terminar su gobierno en cuatro años sin rastros de ese impuesto distorsivo. En esto parece haber acuerdo con el equipo agropecuario.
Hay otro dato que confirma que el ex decano de la Fauba está interactuando abiertamente como referente agropecuario de Milei y podría ocupar esa silla en el gobierno. Un personaje clave ha acompañado a Vilella en algunas de las reuniones con el sector y eso le da sustento a todo este armado: se trata de un científico con llegada directa y admirado por Milei, porque es quien participó nada menos que en la clonación de sus perros.
En efecto, el prestigioso Daniel Salamone no solo ha clonado perros sino caballos, vacas y hasta una cebra. Desde hace décadas es docente de la Fauba y dirige el Laboratorio de Biotecnología Animal de esa universidad, donde Vilella fue decano. En la noche del domingo se lo vio festejando en el bunker de LLA. Milei ya lo considera parte de su equipo e incluso lo ha mencionado para dirigir el Conicet o un organismo semejante en Ciencia y Tecnología. La presencia del investigador en algunas reuniones “sobre agro” le da un mayor respaldo a Vilella y su equipo de trabajo.
Allí nadie es virgen en materia de política. En Barbechando, Paats viene de rosquear con diputados de todos los signos en busca de conformar su anhelada Bancada Rural, emulando el modelo brasileño. Vigneau fue funcionario de Macri, aunque no dentro del ex ministerio de Agroindustria (porque en ese momento estaba enfrentado abiertamente con el ex ministro Luis Miguel Etchevehere) sino en la cartera de Desarrollo Productivo, junto a Dante Sica.