Luego de 126 años de existencia, la Sociedad Rural de Rosario será presidida por primera vez en su larga historia por una mujer. Se trata de la productora Soledad Aramendi, quien desde hace cuatro años ocupaba la vicepresidenta de esa entidad y sucederá ahora a Tomás Layús. Tras su asunción, la flamante titular escribió una carta en la que llamó a la acción a todos sus pares.
“Nos encontramos en una ubicación estratégica dentro de la provincia y del país. Estamos en el corazón de la pampa húmeda, donde confluyen el mayor porcentaje de granos, minerales y productos que salen al mundo. Por la importancia de la región y por la crítica situación del campo y de nuestro país, los invito a que cambiemos la actitud de pasiva a activa, y de reactiva a propositiva”, redactó Aramendi.
A nivel provincial, la rural de Rosario integra la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFE) junto a otras 33 filiales, que a su vez se nuclean dentro de Confederaciones Rurales Argentina (CRA).
En este sentido, la productora señaló: “La fortaleza de nuestra rural, junto al trabajo en equipo de todas las rurales provinciales, es lo que da la fuerza necesaria a CARSFE para incidir a nivel provincial y nacional. Tenemos que rever el vínculo con la cadena de la que somos parte. No basta con trabajar tranqueras adentro, ser eficientes y lograr una gran producción. Es imprescindible trabajar tranqueras afuera en la propia localidad, vincularnos con otras instituciones y solucionar los problemas regionales”.
Soledad Aramendi: “Mi mejor universidad fueron los quilombos familiares y económicos”
A continuación también se refirió a la necesidad de mejorar la comunicación entre el campo y la ciudad, para “informar y educar con la verdad”.
“Necesitamos contar con el acompañamiento de la sociedad, que lo vamos a obtener en la medida en que nos acerquemos a ella. Para que nos apoyen debemos mostrar el polo de trabajo, el desarrollo económico y la provisión de alimentos que da el campo, que además puede participar en la satisfacción de la demanda mundial de alimentos y productos. Sólo lo conocido puede ser querido y defendido, entre todos”, concluyó Aramendi.