En el primer mes del año la faena vacuna se achicó casi 10% con respecto al mes anterior y sin embargo los precios de la carne en el mostrador aumentaron sólo 2,5%. En esto tuvo que ver con que mucha gente, especialmente la que todavía guarda poder de consumo, se tomó vacaciones y restó presión a la demanda.
Pero en el sector muchos esperan que esa sea la calma chicha que antecede a la tormenta. Operadores y analistas consideran que la oferta de ganado se achicaría todavía más por el impacto de la seca sobre la zafra de terneros y el bajo peso de los mismos, lo que obligaría a más recría y a un estiramiento de los procesos productivos.
El consultor Andrés Costamagna indicó que, en este contexto, la suba de los precios “es inminente y algo comienza a insinuarse en el mercado, ya que el valor promedio del Indice del Novillo en el Mercado de Liniers (INML) en la primera semana de febrero fue de 235 pesos, y estuvo por arriba del valor promedio de todo diciembre, que fue de 227 pesos, y de enero, que fue de 221 en todo el mes. Creo que habrá un salto en las cotizaciones en los próximos días o más tardar en el inicio de marzo”, avisó.
De todos modos, Costamagna consideró que no se puede dejar de tener en cuenta a los factores bajistas que condicionarían esa recomposición de los valores ganaderos: “El bolsillo está flaco y en marzo encima empiezan las clases, lo que significa un gasto extra para muchas familias”.
En cuanto a la oferta consideró que el impacto de la seca se va a notar en el sector ganadero pero también en la oferta de las demás especies: “La sequía y la ola de calor combinadas son la razón por la que se redujo en diferentes porcentajes la producción de carne aviar, porcina, de huevos y también vacuna”.
“Se redujeron las poblaciones de todas las especies y se achicó el nivel de conversión de grano en carne, a la vez faltan pasturas para la recría, lo que obligó a utilizar reservas que se contaban para el otoño invierno. En definitiva, la combinación de calor y sequía deriva en menos producción y eso significa menos oferta”, advirtió Costamagna.
El consultor consideró que la nueva suba esperada debería dejar a “la hacienda liviana con niveles de precios de 320 pesos el kilo vivo y para la hacienda más pesada en torno de los 300 pesos”.
“Esperemos que esto no genere llamados de parte de las autoridades y funcionarios para que los compradores se autorregulen, como sucedió recientemente. Eso implicaría una mejora en los niveles de precios del 20/25% que posiblemente se de en dos tramos, uno en los próximos días y otro tanto en pocas semanas más”, sostuvo el analista.