viernes, octubre 11, 2024

¿Simplificación o transparencia? Sugestivas mudanzas de área para algunos trámites dentro de Senasa

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) decidió traspasar a la órbita de su Dirección General de Laboratorios y Control Técnico la inscripción de nuevos productos biológicos de uso veterinario y el controversial asunto de las resistencias a los antibióticos en animales.

El organismo indicó que ambas medidas se inscriben en un proceso “de simplificación de normas y agilización de trámites”. Pero la realidad es que también hay sospechas de que los funcionarios a cargo previamente de esas tareas -tanto del Registro de Productos Biológicos de Uso Veterinario como del Programa de Resistencia Antimicrobiana (RAM)- habían sido cuestionadas por actores privados.

Mediante la Resolución 1065/24 publicada en el Boletín Oficial, se transfirió el procedimiento de inscripción para productos biológicos de uso veterinario y para los equipos de diagnóstico biológicos, que hasta ahora pertenecía a la Dirección de Productos Veterinarios, al área de Laboratorio.

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De todas maneras, hubo una serie de movidas previas que dan pie a la sospecha de que más que a una “simplificación”, esta reasignación de tareas tiene más que ver con otra cosa. En julio pasado, la conducción del Senasa había desplazado a Ximena Melón de su posición de directora de Sanidad Animal, estableciendo en su lugar a Néstor Osacar, quien luego asumiera como vicepresidente del organismo.

Por otro lado, hace unas semanas también Gisela Papaleo fue separada del cargo de directora de Productor Veterinarios del organismo y según anunció iba a pasar a ser la coordinadora del Programa Nacional de vigilancia de la resistencia a los antibióticos. Sobre ambas cuestiones apuntan ahora estos cambios maquillados bajo el eufemismo de una “simplificación”.

De hecho, a través de la Resolución 1066/2024, el Senasa también estableció que la Dirección General de Laboratorios y Control Técnico sea la autoridad de aplicación del Programa Nacional de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (RAM) en animales destinados al consumo humano.

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En el primer caso, el de la Dirección de Productos Veterinarios, son conocidas las denuncias del empresario Maximiliano Bruzzone, dueño del laboratorio INFEC, supuestamente perjudicado por los retrasos del organismo para aprobar sus registros. “El DPV, durante años, jugó con nuestro trabajo, incumpliendo las normas que el mismo Senasa escribe (hay tres auditorías que lo confirman, no solo mis denuncias y pruebas). Tampoco cumplieron con la ley y abusaron de su poder porque sabían que nadie, salvo yo, se atrevió a denunciar, señaló ese empresario.

En el caso de la política de resistencia a los antibióticos, hubo quejas también ante la posibilidad de que las exigencias oficiales pusieran a una reconocida empresa a tener que abandonar la producción en el país.

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