Si bien –a pesar de los anuncios oficiales– el “cepo” exportador cárnico sigue vigente, también rige una suerte de “cepo sanitario” que actúa como “contrapeso” de la restricción comercial implementada por el gobierno nacional con el propósito de tirar abajo los precios de la hacienda.
La normativa vigente dispone que aquellos establecimientos que tienen más de 300 vacas debían determinar el estatus sanitario de sus rodeos en lo que respecta a brucelosis antes del 31 de julio de 2021 para poder seguir vendiendo esa categoría con destino a China.
La cuestión es que aún existe una proporción importante de ese universo de empresas ganaderas que, al no realizar la Determinación Obligatoria del Estatus Sanitario (DOES) que los certifica como libres de brucelosis, quedaron fuera del mercado chino, que es, por lejos, el que prácticamente monopoliza la demanda de vacas de descarte.
Pero el problema más grande se registra con los pequeños productores ganaderos: para los establecimientos con menos de 300 vacas el plazo original para realizar la DOEs vencía el pasado 30 de noviembre y la mayor parte de los mismos seguían en “veremos”.
Por ese motivo, en octubre las autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) resolvieron extender hasta el 28 de febrero de 2022 la fecha límite para que los establecimientos con menos de 300 vacas puedan presentar la DOES.
El tiempo pasó y los números siguen sin mostrar el avance esperado, especialmente en algunas jurisdicciones que vienen por demás atrasadas, como es el caso de Chaco y Entre Ríos, donde más del 75% del rodeo de vacas no tiene DOES, mientras que en Tucumán y Corrientes esa proporción es mayor al 70%, según indican los propios datos oficiales informados por Senasa.
En Salta y Santiago del Estero la proporción del rodeo de vacas sin DOES supera el 58%, mientras que en la zona pampeana dos provincias clave, como son Santa Fe y Córdoba, tienen más del 40% de las vacas aún sin la certificación de libre de brucelosis.
Con la implementación de la norma sanitaria, desde agosto pasado los frigoríficos exportadores ya no pueden acceder a todas las vacas disponibles en el mercado, sino solamente a aquellas que sean “apto China”, es decir, las provenientes de empresas ganaderas con la DOES certificada por Senasa.
Ayer miércoles el precio promedio de la vaca conserva buena en el Mercado de Liniers fue de 155,2 pesos por kilo vivo ($/kg), mientras que un meses atrás se negoció en un valor medio de 129,0 $/kg y dos meses atrás en 127,0 $/kg.