El viernes pasado, en un descaso de su extensa gira nacional Ganar 2022, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, dedicó un rato a sacarse de encima los incontables pedidos de audiencia que se le habían acumulado durante estos meses. En esos menesteres recibió a los directivos de Acsoja. Y también a la nueva conducción de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
Oficialmente no se informó sobre ninguna de esas reuniones, y cada una de esas entidades hicieron su propio comunicado de prensa.
La gacetilla de Aapresid contó, por ejemplo, que Domínguez estuvo secundado por Matías Lestani y Delfo Buchaillot, el secretario y subsecretario de Agricultura respectivamente; por Javier Preciado Patiño, subsecretario de Mercados Agropecuarios; por Obdulio San Martin, presidente del INASE; y por Juan Maximiliano Moreno, Director Nacional de Relaciones Internacionales. Por la institución agrícola asistieron su nuevo presidente David Roggero, el vicepresidente Marcelo Torres, y Alejandro Clot, el coordinador de la Asociación.
Luego, los temas de rigor, los mismos planteados por la dirigencia de Acsoja: que ya no hay margen para jugar con las retenciones y que hay que asegurar la provisión de insumos para la campaña agrícola.
“El ministro Julián Domínguez mantuvo su postura en cuanto a no tocar las retenciones de trigo y manifestó la necesidad de cuidar a los productores argentinos y darles la previsibilidad y confianza que se requiere”, indicó el texto, que apuntaba a ser otro anodino y gris comunicado más hasta que al siguiente párrafo Aapresid contó que logró exponer ante las autoridades un tema serio y que siempre le ha preocupado: la sustentabilidad del actual modelo agrícola.
“Se conversó acerca de los actuales sistemas de arrendamientos, donde la prevalencia de contratos anuales impactan negativamente sobre la posibilidad de aplicar estrategias de manejo a largo plazo, con foco en la sustentabilidad y cuidado de los recursos”, indicó la entidad, poniendo la lupa en un tema sensible: el grueso de la agricultura se hace sobre campos alquilados (en general por plazos muy cortos) y esto conspira contra una adecuada rotación de los cultivos y la incorporación de los denominados cultivos de cobertura o de servicios, impulsados desde Aapresid.
“Ante este preocupante escenario, se discutió sobre la necesidad de re-pensar, crear e implementar, un sistema que contemple el cuidado de los suelos de forma integral en nuestro país”, agrega el comunicado.
No se sabe si Domínguez podrá o querrá hacer algo sobre esto, pero está muy bueno que los dirigentes de la entidad agrícola se lo hayan planteado. Así por lo menos le remuerde un poquito la conciencia cuando en el próximo discurso mencione a la Argentina como uno de los vergeles más sustentables del mundo.
En el mismo sentido, y también estuvo bueno, la conducción de Aapresid expuso ante el ministro su apoyo a los planes de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) implementados desde hace rato por la provincia de Córdoba y más recientemente imitado por la de Santa Fe, donde se lanzó el Programa Santa Fe Productiva y Sostenible.
Para Aapresid sería bueno, en este sentido, que Domínguez cumpla con lo que ya insinuó en la fiesta del Trigo de Leones, respecto de “un posible plan a nivel nacional”, vinculado con la temática de las buenas prácticas.
Los mal pensados dirán que incluso le dejaron la mesa tendida al ministro para formalizar algún anuncio más serio en este sentido, al invitarlo formalmente a participar del 30° Congreso de Aapresid, que este año se denominará “A suelo abierto” y se llevará a cabo del 10 al 12 de agosto en la ciudad de Rosario.
Roggero, el presidente de Aapresid, consideró que el encuentro con el alto funcionario “fue muy positivo” y “dejó algunas pautas y desafíos para seguir trabajando en conjunto, fortaleciendo la relación público-privada que pregonamos como Institución”.