Apenas se presenta Alicia Santaya, como prueba de un presagio de su destino, suele mostrar una foto que halló, donde se la ve a ella misma con apenas 6 años disfrutando del aroma de una flor. Es que hace 12 años comenzó su emprendimiento de cultivo de aromáticas y elaboración de aceites esenciales en un campo de Catamarca.
En realidad, como vive en la localidad de Vicente López, pegado a la zona norte de la Capital Federal, a ella le hubiera convenido desarrollarlo en un pequeño campo que heredó de su familia, ubicado en Luján, a apenas 70 kilómetros de su casa, donde nació y fue criada. Tiene 7 hectáreas, una medida ideal para su emprendimiento familiar. Pero en aquel tiempo no tenía el capital necesario para empezar y un grupo inversor le ofreció asociarla en una parcela dentro de su campo de 400 hectáreas de olivares, a sólo 5 kilómetros de la capital catamarqueña. Está yendo hacia el Aeropuerto, en el valle, sobre la Ruta 33, entre los cerros Ambato y Ancasti.
Le preguntamos a Alicia:
-¿Aceptaste aquella propuesta?
-Sí, en 2012 acepté y comencé con mi emprendimiento de aromáticas y aceites esenciales en Catamarca. Iba una semana por mes. Hice 4 hectáreas de lemongrass, 1 de vetiver, una y media de geranio -que contiene antioxidante-, algo de orégano, y armé un vivero de 8 metros por 4. Me apasiona gestionar y logré certificar el campo como orgánico, habilité la planta industrial de destilado en un galpón que me hicieron los socios y monté un tanque destilador de 2000 litros. Entonces empecé a elaborar los aceites esenciales.
-¿Te preguntaste por qué te dio por trabajar en lo rural?
-Es que nací y me crié yendo al campo de mis padres, en Luján. Recuerdo lo ruda que era la vida rural en aquella época, las heladas en los crudos inviernos, que no había luz. Veía pasar a 500 animales hacia el matadero, que dejaban el camino a la miseria y cuando llovía no se podía salir del campo. Así es que desde chica me gustó el campo y siempre valoré la naturaleza y sus frutos.
-¿Y el carácter de emprendedora?
-Mi padre era un gran dibujante y lo hacía en el ámbito de la publicidad. Heredé su arte y como dibujaba muy bien, a mis 17 comencé a trabajar con él. También pinto y hasta diseñé mi casa. Estudié Química, un tiempo en la facultad, que después me sirvió mucho, y más tarde hice casi toda la carrera de Marketing, pero tampoco la terminé, porque ya trabajaba en publicidad de manera independiente. Me sirve para vender mis productos, ahora. Hoy nunca me aburro ni me bajoneo, porque siempre ando con no menos de 5 proyectos en mi cabeza.
-¿Y de dónde te vino esto de ingresar al mundo de las aromáticas?
-Mi familia materna es de ascendencia austríaca, donde están muy avanzados en el tema y debe haber influenciado en mí. A mi abuelo materno le fascinaban las flores de los árboles, como los tilos, que desprenden tan rico aroma. Mi abuela paterna era aborigen, de San Juan, de curar a base de plantas. En realidad, siempre fui muy cientificista y necesité comprobar todo. Me hablaban de la aromaterapia, y como hay tantos aceites truchos, no les hacía caso. Pero por mi pasión por lo natural, me puse a investigar.
-¿Y cómo te iniciaste en el tema?
-En 1977 tomé contacto con el INTA de Castelar, que tenía un departamento de plantas aromáticas, hierbas medicinales y aceites esenciales. Allí trabajaba gente muy capaz, que dejó mucha información y aún sigue aportando sobre el tema. Gracias a ellos, me fui metiendo de lleno en el tema, pero como siempre fui autodidacta, viajé a Europa en busca de más bibliografía, porque en Alemania y en Austria están muy avanzados. Me traje muchos libros con información de vanguardia.
-Hablanos de las aromáticas y de qué son los aceites esenciales.
-Llamamos aromáticas a todas las plantas que poseen un aroma, sean árboles, raíces, cortezas, pastos, hojas, flores. Los aceites esenciales son el producto de la extracción de las fracciones volátiles de las plantas que desprenden algún aroma al roce con el viento. Éste, rompe sus celdillas. Pero en el caso de la ruda, ésta necesita ser frotada para que desprenda su aroma. Con el lemongrass se deja la raíz y se cortan las hojas para destilar sus aceites. Y luego se pueden preparar mezclas o blends que producen una magia especial, por la sinergia que genera la combinación de los diferentes aceites, ya que se potencian.
-¿Vos de qué modo destilás?
-Destilo bajo el sistema por arrastre por vapor, por el que se separan los aceites esenciales y se obtiene la materia prima 100 % pura. Si el peso del aceite es mayor, queda abajo, como lo es el del vetiver, que es una resina y en vez de dos horas, el proceso de destilación lleva 8 horas. En Catamarca tuve una hectárea con este cultivo.
-¿Qué son los hidrolatos?
-Los hidrolatos son un subproducto de los aceites esenciales, que quedan después de la condensación por el arrastre de vapor. Los aceites flotan y el agua o hidrolato queda abajo según el peso específico. Es un agua mezclada con partículas indivisibles de aceite esencial, manteniendo el aroma de la planta y sus propiedades. Se utilizan mucho en cosmética.
-¿Qué producción necesitás tener por hectárea?
-Generalmente necesitás tener 10.000 plantas por hectárea. Ahora tengo muchas plantas madre, para ir creciendo. Al año producís 100, y a los 2 años producís 2.500, salvo que puedas comprar plantas a otros productores. Y por ejemplo, de 400 kilos de geranio, saco 2 litros de aceite esencial.
-¿Hay algún modo de saber si nos venden un aceite impuro, rebajado?
-Sí, en primera medida, cuando veas un aceite a bajo precio, que te parezca barato, desconfiá de que no sea puro, sino sintético o mezclado. Es muy fácil detectar si un aceite es impuro: colocás una gota en un papel y, si es puro, al secarse no debe dejar una aureola. Imaginate que el aceite de rosas cuesta 8000 euros el litro, pero aclaro que yo no hago aceite de rosas. Un aceite esencial tiene más de 200 componentes químicos –al menos de los ya estudiados- y por eso es imposible copiarlos de modo sintético, ya que producirlo, costaría mucho más caro que el natural.
-¿Cuándo decidiste trasladar tu emprendimiento, de Catamarca a tu campo en Luján?
-En 2014 certifiqué mi campo de Luján como orgánico y en 2017 empecé a mudarme de Catamarca a éste. Hoy ya tengo en él: lavandín francés, orégano, geranio, lemongrass o pasto de limón, romero y vetiver, todas plantas madres a multiplicar para poder llegar a producir 200 litros. También armé un vivero de 15 metros de largo por 5 de ancho. Ahora estoy en la etapa de vivero, para pasar a campo el mes que viene con lavanda, romero, salvia y orégano. Tengo varios árboles de laurel que pienso empezar a destilar a fin de año, junto al romero. Más adelante, mostaza. Hoy estoy vendiendo aceite esencial de lemongrass y de orégano. En marzo comercializaré la lavanda y la salvia.
-¿Y la planta destiladora?
-Recién ahora estoy instalando el tanque destilador de 2000 litros, de alta calidad, de acero 316 inoxidable, apto para elaborar productos medicinales. Además, me traje otro que estaba instalando en Catamarca, de 200 litros para pequeñas producciones de 50 a 100 kilos de plantas. Fertilizo en forma natural, con ‘lombricompuesto’. Todo suma a la calidad de mis aceites esenciales, cuando se trata de utilizarlos con fines medicinales o alimenticios, para hacer pan, por ejemplo. No pienso destilar el vetiver porque necesito un suelo arenoso, pero lo voy a usar como barrera bilógica verde y como reconstitutivo del suelo.
-¿Por qué decís que en un campo orgánico las aromáticas otorgan doble beneficio?
-Para los cultivos orgánicos se suelen conformar “barreras biológicas” y las aromáticas son ideales para esto. Por ejemplo, a las hormigas les encanta la albahaca, pero si les ponés lemongrass o geranio, las ahuyenta porque no les gusta. En Catamarca, a los topos los llaman ‘ututucus’, que cuando hacés riego por goteo, te los carcomen y pinchan. En mis cultivos tenía un 20% de roturas, respecto de los demás cultivos de los vecinos, gracias a la presencia de mis plantas aromáticas, que oficiaban de barreras biológicas. También éstas sirven para ahuyentar a las liebres. Lo que hay que saber es cuáles son las que no les gusta. Estoy trabajando sobre dos aceites que ahuyentan al gorgojo.
-¿Aparte de los aceites, desarrollás otros productos?
-Al regresar de Catamarca desarrollé una línea de productos que son un blend aromático, de aceites esenciales con sistema rolón, de 10 mililitros. Registré todos mis productos con certificación orgánica, mis fórmulas en ANMAT bajo la marca “Miraflores”, por un lugar muy bello y florido que hay en Catamarca, cerca de donde tenía mis cultivos.
-¿Cómo se te ocurrió elaborar esos “blends”?
-En 2010 mi madre empezó a sufrir dolores de artrosis y me puse a buscar un producto para ella, porque ningún tratamiento le aliviaba el dolor. Elaboré un blend de aceites esenciales a base de romero y lavanda. Mejoró su patología y el alivio del dolor sin efectos secundarios, mejorándole su calidad de vida. Ella murió a los 101 años y decía: “Lo único que me saca el dolor es tu ‘tubito’”. En 2019 lo habilité como cosmético -porque para medicamento, el ANMAT exige muchos más requisitos- y le puse “Sporty Up Deportivo”. Luego desarrollé otros 3 y pienso seguir creando más.
-¿Cuáles más?
-Elaboré uno para el cansancio mental, la falta de concentración, destinado a oficinistas y estudiantes, a base de salvia, que llamé “Antiestrés”. Luego saqué otro a base de geranio, y lo llamé “Emociones”, que es un estabilizador emocional, ayuda a la relajación, a controlar la ansiedad –lo comprobé en mi nieto-, destinado también a ayudar a descansar o dormir y contra las depresiones. Y un cuarto, a base de aceite de menta, como “Energizante”. Por ahora compro la menta, pero ya el año que viene la obtendré de mis cultivos.
-¿Viajando por el mundo descubriste otros usos posibles con los aceites esenciales?
-Me pasa que con los aceites esenciales cada día descubro algo nuevo. En España se usa mucho el de orégano, para evitar el enranciamiento de los chacinados. Alemania desarrolló una línea veterinaria a base de lemongrass, un jabón, un shampoo antipulgas, etc. Se le puede agregar al alimento de los cerdos o aves, incluso para que asimilen mejor los nutrientes. Todos los aceites esenciales tienen propiedades antiparasitarias, bactericidas, antibióticas, antiinflamatorias y antioxidantes, si bien algo más de una que de otra. En Catamarca, como mis socios tenían olivos, aprendí que en Jaén, España, sacan 17 subproductos del aceite de oliva, cuando acá apenas sacamos 3 y lo demás se descarta. La hoja del olivo tiene oleuropeína y con ella se puede hacer un té que resulta amargo y regula la diabetes.
-¿Y qué más?
-Recuerdo que mi madre me daba a comer la pepita de zapallo para desparasitarme, y hoy descubro que Austria es líder en la producción de aceite esencial de pepita de zapallo, porque además previene el cáncer de próstata. Hoy hago 3 desintoxicaciones al año, tomando 5 gotitas de aceite esencial de orégano durante 20 días, que es bactericida y regula el PH. Me eleva las defensas y no me enfermo nunca. A veces le agrego 2 gotas de geranio o 3 de lemongrass. Éste es antiparasitario y antiinflamatorio.
-Tenés una sola hija. ¿Te ayuda? ¿Se complementan mutuamente?
-Mi hija Catalina Pafundi es arquitecta y el día que falleció mi madre, en 2022, me dijo que como yo sabía tanto de plantas podría trabajar con ella como paisajista. Acepté porque soy corajuda y me gustan los desafíos. Conformamos una SAC y somos socias en todo. Creamos el proyecto “Fusión Nativa”, en el que me encanta asesorar a la gente, para que ponga una flor, no sólo teniendo en cuenta la imagen, sino los aromas, que son tan importantes en nuestras vidas. ¿Quién no recuerda el aroma de una torta que cuando niña le hacía su madre o su abuela? Y noto que muchos paisajistas no conocen los ciclos de las plantas, ni dominan el riego.
-Si se asociaron en “todo”, quiere decir que se sumó en tu proyecto de aromáticas.
-Sí, mi hija me ayuda en la dirección del proyecto de Luján, sobre todo, en lo administrativo, así yo me aboco a la parte de los cultivos y de lo técnico, que es la elaboración. Además, hace dos años que vengo trabajando para dos cirujanos plásticos elaborándoles una crema antiage, un bálsamo labial y un cerum facial. A futuro quiero ampliar la línea de productos con sistema rolón. Pienso hacer tónicos para el pelo, productos para la tercera edad y para los deportistas. Mi objetivo es que mi línea de productos Miraflores abarque los rubros del agro, la veterinaria, la industria alimenticia, la medicina humana y la fitocosmética, porque hice un posgrado en farmacia y bioquímica para esto.
-¿Qué cambio de vida le recomendarías a la gente que no conoce los aceites esenciales?
-Siempre le digo a la gente que deje de “empetrolarse”, de colocarse productos a base de petróleo y por eso mi objetivo es crear productos a base de plantas. Los vivo probando en mí, en mi familia, en mis amigos, en mi gato y compruebo que funcionan. Aclaro que en este proyecto no quiero socios, pero sí estoy abierta a asociarme en otros proyectos que surgieran. Tengo un proyecto, turístico, de armar visitas guiadas y hasta un spa.
-Parece que el mundo de los aceites esenciales llenan tu vida.
-Nunca pensé en estudiar medicina, pero hoy me hace muy feliz ayudar a que mucha gente se cure o se alivie de un dolor o sufrimiento. Celebro que hoy todo el mundo hable del tema, cuando en mis comienzos, yo era considerada “la loca de los aceites esenciales”.
Alicia Santaya eligió regalarnos la canción de Charly García, “Rezo por vos”, interpretada en vivo junto a Luis Alberto Spinetta.