Mientras que en el norte argentino la mayor parte de los productores están evaluando cómo van a salir adelante con el desastre productivo generado por el Spiroplasma en los cultivos de maíz, siempre existen personas que creen que en las crisis aparecen oportunidades.
La empresa agrícola Lipsa SRL, controlada por la familia Moudjoukian, informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que adquirió un inmueble rural ubicado en la localidad de Roversi, provincia de Santiago del Estero, por un valor de 4,36 millones de dólares.
En el ciclo 2023/24 la empresa sembró un total de 91.973 hectáreas, de las cuales 18.304 son propias y las restantes arrendadas. Las unidades productivas están sectorizadas en seis áreas localizadas en diferentes regiones del norte argentino.
El negocio de siembras está mayormente apalancado en préstamos bancarias y financiamiento en el mercado de capitales. Entre agosto de 2022 y julio de 2023 Lipsa emitió cuatro Obligaciones Negociables (ON) por un total equivalente a 39,6 millones de dólares. El último tramo fue por 19,1 millones de dólares a una tasa fija nominal anual del 1,0%.
Lipsa además tomó en 2022 un crédito de 10,0 millones de dólares con el Coöperatieve Rabobank a una tasa efectiva del 8,40% anual y en marzo pasado volvió a tomar en esa entidad otro crédito por 11,8 millones de dólares a una tasa efectiva del 9,5% anual para refinanciar el primer préstamo, el cual deberá ser cancelado en cinco cuotas anuales, la última de las cuales corresponde a noviembre de 2029.
En el sector bancario argentino, según registros del Banco Central (BCRA), cuenta con una deuda bancaria de 11.463 millones de pesos con el Banco Nación, Banco Galicia, Nuevo Banco del Chaco, Banco Industrial y Banco Mariva, entre otras entidades.
El último balance presentado ante la CNV indica que los resultados del primer trimestre de 2024 disminuyeron en términos interanuales en un 78,8% al pasando de una ganancia de 29.842 millones pesos al 31 de marzo de 2023 (en pesos constantes) a una utilidad 6333 millones de pesos al 31 de marzo de 2024.
Las razones de esa caída se explica por menores rendimientos a los esperados tanto en soja como en maíz; en el caso del cereal, debido al golpe productivo generado por Spiroplasma.