La producción de verdeos de invierno para su pastoreo directo, elaboración de rollos o incluso silos, es una práctica muy común dentro de la actividad ganadera con destino a carne o leche. Sin embargo, un ensayo elaborado por docentes de la Universidad Nacional de Luján parecería demostrar que todavía hay mucho terreno para mejorar y obtener mejores rendimientos.
Desarrollado por la cátedra de Producción y Utilización de Pasturas, el trabajo apuntó a sembrar distintas proporciones de avena y raigrás, para analizar qué combinaciones de estos cultivos arrojaban los mejores rindes.
“En Uruguay se utiliza bastante la mezcla de estas pasturas pero en Argentina no estamos acostumbrados a hacerla. Es más cultural que otra cosa. Por eso hicimos un ensayo donde evaluamos producciones puras de estos verdeos, además de sus mezclas en distintos porcentajes. Analizamos las proporciones 50%/50% y 75%/25%”, contó a Bichos de Campo la agrónoma y docente María Luz Duffau.
“El mejor resultado nos lo dio la combinación 75% de raigrás y 25% de avena, que resultó ser la mezcla más productiva, comparada incluso con los lotes puros. Eso ayuda a estabilizar más la producción, porque la avena tiene un crecimiento más rápido al inicio del ciclo y el raigrás al final. De esta forma logramos pasturas más estables a lo largo de todo el período”, detalló a continuación.
La parcela que mejor rendimiento tuvo alcanzó los 11 mil kilos por hectárea, mientras que el resto se mantuvo entre los 9 y 8 mil kilos.
El ensayo sirvió para demostrar además que la combinación de estos dos cultivos ayuda a mejorar la proporción de proteína dentro del verdeo, algo clave para la producción de carne y leche.
“El raigrás compensa algunas deficiencias nutricionales que tiene la avena al estar mezclados, permitiendo una mayor concentración proteica”, sostuvo Duffau.
Respecto de las mediciones de los lotes, la docente explicó que realizaron un corte mecánico del verdeo, emulando el pastoreo de los animales, y analizaron luego el porcentaje de materia seca obtenida.
“Pesamos la materia verde, le sacamos la materia seca, que obtenemos empleando unas estufas, y le otorgamos un porcentaje que nos permite calcular el rinde por hectárea”, indicó.
-¿Ya hicieron algún análisis respecto a la conversión de kilos carne que esto supondría?- le preguntamos.
-No todavía. Lo que sí hicimos es el equivalente vaca. Pudimos ver que al tener mayor producción en el total del ciclo, se aumenta a 1,5 el equivalente vaca, que si tuviésemos otras mezclas o los verdeos puros. El equivalente vaca es lo que necesita para mantenerse y producir una vaca.
-¿Cuáles son los siguientes pasos?
-El ensayo todavía es preliminar. Necesitamos más repeticiones para ver si estos resultados se mantienen con las variaciones climáticas año a año, por lo que seguiremos investigando.