El año acaba de comenzar y ya probablemente sea el peor para muchos de los investigadores que integran la Estación Experimental del INTA Pergamino. Con una diferencia de pocos días, dos hechos fortuitos afectaron las instalaciones del Instituto y echaron a perder el trabajo de varios meses de sus integrantes.
El primero ocurrió el sábado 15, en medio de la llegada de las lluvias tan esperadas por gran parte del país. En menos de diez minutos, ráfagas de viento que alcanzaron los 80 kilómetros por hora derribaron el observatorio meteorológico de casi 100 años de antigüedad, que brindaba información diaria al Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
“Tiraron abajo todo lo que se encontró en el camino: el techo de un estacionamiento, árboles, los cables de electricidad y los abrigos meteorológicos, que son unas pequeñas casitas donde estaban los termómetros, el barómetro, el anemómetro, los termohigrógrafos, el pluviómetro y otros elementos”, dijo al diario La Nación Ignacio Terrile, ingeniero agrónomo y actual director de la experimental, una de las más grandes y mejores equipadas del INTA en todo el país.
Los daños suponen pérdidas por casi 20.000 dólares, que la Estación aspira a recuperar con partidas presupuestarias especiales.
Pero eso no fue todo. La malaria se propagó y luego de la tormenta un incendio destruyó el galpón de Ecofisiología de cultivos, en el que se realizaban ensayos y análisis de distintos cultivos. Controlar el siniestro requirió del trabajo de cuatro dotaciones de bomberos. Según los primeros peritajes, el fuego habría iniciado por un desperfecto en el sistema de calefacción, empleado para secar las muestras.
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“Había muchas muestras de experimentos, que se perdieron por completo. Datos que aún no fueron analizados ni publicados”, dijo Terrile al medio local ABC Rural.
“Era muy inflamable lo que estaba adentro. Papeles, bolsas de arpillera, restos de material seco. Lo más lamentable es la perdida de muestras de becarios y tesistas. Son años de trabajo”, agregó.
Pero la Institución no baja los brazos y ya puso manos a la obra para retomar las tareas lo antes posible. En lo que respecta al observatorio meteorológico, el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar puso a disposición equipos en desuso para continuar con las mediciones diarias. Además, ya fueron encargados nuevos abrigos bajo las especificaciones pedidas por el SMN.
En lo que respecta al laboratorio perdido, la entidad se encuentra evaluando opciones para conseguir fondos.
Fotos: ABC Rural – La Nación