Luego del faltazo del presidente Javier Milei al Foro China-CELAC realizado en Pekín –que fue bien aprovechado por Uruguay, Brasil y Chile–, Argentina sigue dependiendo del factor político para destrabar cuestiones comerciales.
Posteriormente al evento, Brasil consiguió la apertura del mercado para carne de pato, carne de pavo, menudencias de pollo, harina de maní y burlanda seca de maíz (derivado de la fabricación de bioteanol). En tanto, Uruguay logró la aprobación por parte de las autoridades chinas de protocolos sanitarios para poder exportar harina de colza y de soja. Argentina, en cambio, no consiguió nada.
Sin embargo, los equipos técnicos del gobierno argentino siguen trabajando para poder habilitar nuevas oportunidades comerciales. En ese marco, en el presente mes de mayo se llevó a cabo una misión oficial a Indonesia, Japón y China, la cual estuvo integrada por el secretario de Industria y Comercio, Esteban Marzorati, y el subsecretario de Mercados Agroalimentarios e Inserción Internacional, Agustín Tejeda Rodríguez.
En Japón se logró la reapertura de las exportaciones de productos aviares y continuaron las negociaciones relativas a la habilitación de las ventas externas de cortes y menudencias bovinas (especialmente lenguas, que son muy valoradas en ese mercado).
El hecho de que Brasil, que también está negociando con Japón, haya logrado el estatus de país “libre de aftosa sin vacunación” representa una clara ventaja en las negociaciones bilaterales para ellos.
Uruguay, que ya tiene la habilitación, en el primer cuatrimestre de este año exportó 4087 toneladas (peso carcasa) a Japón por un valor de 28,1 millones de dólares, lo que es una muestra de que es factible realizar negocios en ese mercado de alto valor a pesar de los elevados aranceles que aplica para la carne bovina, que en el caso de Uruguay y Argentina es del 38,5%, mientras que EE.UU. tiene, en el marco de un acuerdo comercial, un 21,5% con un cronograma decreciente que terminará en un 9,0% en el año 2033, aunque el mismo ahora está en revisión a partir de las negociaciones bilaterales iniciadas por la gestión de Donald Trump.
En Indonesia se trataron cuestiones técnicas relativas a la habilitación de las exportaciones de carne bovina a esa nación, un mercado que es abastecido actualmente por EE.UU., Australia y Brasil.
“La pelota ahora está en la cancha de ellos, porque los funcionarios de Indonesia tienen que venir a la Argentina en la segunda mitad de este año a visitar plantas frigoríficas”, indicó Fausto Brighenti, quien participó de la comitiva –junto a otros representantes del sector privado– invitado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), ya que además de empresario agropecuario es integrante de la empresa Carnes Sudamericanas, que es parte de la Asociación de Productores Exportadores Argentinos (APEA).
“La mayor parte de sus 280 millones de habitantes son musulmanes, por lo que la carne vacuna enviada a ese destino debe ser faenada con el rito Halal. Las negociaciones no sólo involucran cortes, sino también vaquillonas en pie y genética bovina”, añadió el integrante del CREA Río Salado en un artículo publicado por Contenidos CREA.
El aspecto más relevante para el negocio cárnico en China actualmente son las negociaciones relativas a la apertura de las exportaciones para menudencias bovinas y porcinas. “En términos técnicos, el protocolo está prácticamente concluido, pero es relevante una visita oficial del presidente Javier Milei para que el mismo sea efectivizado por parte de China”, comentó Brighenti.
“En la SIAL de China nos encontramos con muchos importadores de esa nación que nos preguntaron por Milei, lo que indica que su figura está posicionando al país en el escenario internacional. Por eso es importante que el presidente realice una misión oficial a China en la segunda parte del año”, remarcó.
“El año pasado la SIAL en China fue muy triste, porque quizás de alguna manera los importadores estaban anticipando los problemas derivados de una guerra comercial en EE.UU. Este año, en cambio, pudimos evidenciar mayor entusiasmo, lo que es una buena señal”, apuntó.
El productor y exportador de carne además dijo que “la realidad es que los precios de exportación actuales son buenos, aunque en el mercado argentino eso no pueda evidenciarse a causa de los derechos de exportación del 6,7% y de un tipo de cambio que no favorece a los sectores exportadores. Lo ideal, en la actual coyuntura, sería que los derechos de exportación sean removidos por completo, tal como sucedió con el sector lechero”.