Un reciente estudio sobre casos de aborto en bovinos para carne, registrados en la región central del país y realizado por investigadores del INTA Balcarce, determinó que el riesgo estimado de perdidas es de un 4.5% para el total del rodeo. Estos episodios son causados por distintos agentes infecciosos que de no atenderse, ya sea con la aplicación de herramientas de manejo reproductivo como con un monitoreo permanente, se traducen en importantes pérdidas económicas de gran impacto en el sistema productivo.
“Es sumamente necesario analizar las causas de los abortos para poder tomar medidas que minimicen el impacto económico. La pérdida anual para la industria cárnica puede llegar a los US$ 50 millones”, señaló Germán Cantón, especialista en Salud Animal del INTA Balcarce.
Para determinar el porcentaje de mermas reproductivas y analizar sus causas, el equipo de investigadores del INTA Cuenca del Salado realizó un estudio observacional, mediante un sistema de monitoreo. El objetivo fue evaluar la eficiencia reproductiva de los campos de la región y se llevó adelante junto con productores, profesionales privados y entidades del sector.
En el estudio se evaluaron 470 rodeos a lo largo de cinco años y los resultados arrojaron que los porcentajes de mermas fueron diferentes en función de los intervalos en los cuales ocurrieron los servicios, tactos, partos y destetes.
De acuerdo con el análisis realizado, los abortos fueron provocados principalmente por infecciones con patógenos como Campylobacter fetus, Neospora caninum, Leptospira spp., Brucella abortus y el virus de la Diarrea Viral Bovina (DVB).
“Uno de los puntos críticos para lograr un buen impacto en la reducción de mermas es la mejora en la condición corporal de los vientres al momento del parto, mejorando la planificación forrajera y ajustando la oferta y demanda nutricional”, indicó por su parte Alejandro Rodríguez, investigador del INTA Cuenca del Salado.
Para el especialista, el monitoreo de la condición corporal debe ser realizado en momentos estratégicos del año que permitan tomar decisiones a corto, mediano y largo plazo, que además faciliten un seguimiento y control de los toros previo a la temporada de servicios.
“Este aspecto incluye la importancia del diagnóstico de enfermedades de transmisión sexual (ETS), la revisación clínica general y particular y el manejo nutricional. Se observó que el 1,7 % de los toros revisados resultó positivo a Tricomonosis y el 0,9 % a Campylobacteriosis”, alertó Rodríguez.
Así, para los investigadores es vital realizar un manejo sanitario en todas las etapas, en apoyo con técnicos especializados y laboratorios de diagnóstico, aplicando el calendario sanitario en sintonía con el modelo productivo para minimizar las pérdidas.
“Una de las cuestiones que se desprenden de este estudio es la importancia de la capacitación del personal de campo encargado de atender los rodeos, teniendo en cuenta, principalmente, la detección de abortos durante la gestación, la atención de partos y monitoreo de los rodeos durante el servicio”, concluyó el especialista del INTA Cuenca del Salado.