“Las liquidaciones de divisas de los próximos meses dependerán del flujo de ventas de granos, particularmente de soja, por parte de los productores. Para disponer de un flujo de ventas normal resulta necesario la estabilidad del tipo de cambio como condición necesaria”, indicó este lunes un comunicado del sector exportador de granos y derivados, nucleado en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Con esta frase, el sector económico que en los últimos tiempos representó nada menos que 41% de las exportaciones argentinas relativizó el impacto que pueda tener la nueva exigencia del gobierno para que cambien sus dólares por pesos en las ventanillas del Banco Central en plazos mucho más exiguos, de solo 5 días después del cobro de cada operación. Según esta visión, las grandes cerealeras ya están liquidando a un ritmo adecuado.
En ese sentido, Ciara-CEC informó que durante el mes de agosto sus empresas asociadas liquidaron la suma de 2.266.086.002 dólares y que en lo que va del año fueron 15.238.632.978 dólares los ingresados al país.
“El monto de divisas ingresado en agosto es superior en un 41,2% con respecto al mismo mes del año anterior, cuando se contabilizaron 1.604 millones dólares, y también por encima en un 0,43% en relación con el mismo mes de 2017, cuando se ingresaron 2.256 millones de dólares (campaña agrícola similar en volumen)”, precisó un comunicado de la entidad, que intenta dar cuenta de la normalidad de la situación.
En ese sentido, la cámara exportadora insistió que la inyección de los agro-dólares no está definida por las regulaciones sino por el ritmo de venta de los productores, ya que “la liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados” por el sector. En otras palabras, las cerealeras traen los dólares y los cambian por pesos para pagar los granos a los productores.
“En relación con las nuevas reglas del Banco Central, es importante resaltar que la mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas”, se explicó.
En ese sentido, Ciara-CEC agregó que es muy difícil comparar un año contra otro, ya que la liquidación “está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos”. Citó entre estos los precios definidos en Chicago, la retracción de la oferta, el valor proteico de las cosechas, las condiciones climáticas, los feriados y hasta las medidas de fuerza sindicales.
Por lo pronto, según datos del Ministerio de Agricultura, el ritmo de compras de granos de este año ha sido bastante semejante y hasta más acelerado que el de la campaña 2017/18, aunque la cosecha ha sido sustancialmente superior. Esto implica que hay un mayor volumen de la cosecha en poder todavía de los productores.
Hasta fines de agosto, la exportación y la industria llevaban compradas 16,6 millones de toneladas de trigo, contra 15 millones de la campaña anterior.
Hasta fines de agosto, la exportación y la industria habían comprado 31,3 millones de toneladas de maíz (grano que batió todos los récord este campaña 2018/19), contra 20,3 millones de la temporada anterior. Aquí sí se nota un fuerte salto.
Hasta fines de agosto, la exportación y la industria habían comprado 33,2 millones de toneladas de soja, contra 29,4 millones de la campaña anterior. Esto sí merece un comentario, porque hay más ventas pero la proporción de la cosecha de soja vendida es menor, porque la oferta también creció fuerte luego de la sequía.
En rigor, se estima que quedan entre 25 y 30 millones de toneladas de soja en los campos, que equivalen a entre 8.500 a 9.000 millones de dólares por liquidar, cuando se concreten estas operaciones.
Es ahí que cobra sentido la frase inicial de esta nota lanzada por los exportadores: “Las liquidaciones de divisas de los próximos meses dependerán del flujo de ventas de granos, particularmente de soja, por parte de los productores”.
En criollo quiere decir que si el dólar se calma los productores van a vender. Pero si la inestabilidad continúa, nadie se va a desprender de una soja que cotiza en dólares.