Contra algunos pronósticos muy oscuros sobre la próxima siembra de trigo (hablaban de caídas de hasta 50%), la Bolsa de Cereales de Buenos Aires publicó su informe de pre campaña sorbe ese cereal, donde prevé un incremento del área de 1,5%. La superficie implantada podría llegar a 6,70 millones de hectáreas, lo que sería unas 100 mil hectáreas más que en la campaña pasada y el doble de lo que se implantó en la campaña 2012/13, tristemente recordada porque el trigo cayó a sus mínimos históricos debido a las intervenciones del gobierno de Cristina Fernández.
🆕Informe #PreCampaña Trigo 20/21: Primera Proyección de Superficie 6,7 Mha, +1,5 % en comparación a campaña previa (6,6 MHa 19/20).
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Conocé estimaciones de producción, exportación y producto bruto de trigo y cebada en el lanzamiento #CampañaFina2021 pic.twitter.com/z3BFGya4NJ— Bolsa de Cereales ETyM (@BolsadeC_ETyM) April 21, 2020
Hay varios factores que, según los analistas de la Bolsa, alentarían la siembra del cereal. Por un lado el clima juega a favor: viene lloviendo bien y contar con agua en el perfil del suelo es clave. Además hay una buena relación entre los insumos necesarios para producir este cultivo y el valor del trigo. Ya dimos cuenta en Bichos de Campo de un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba que indicaba una recomposición del 18% en el poder de compra de fertilizantes, sobre todo ahora que vienen en caída por la baja del petróleo.
Ver ¿Sembramos trigo? Desde la Bolsa de Córdoba dicen que los planetas están alineados para hacerlo
Pero sobre todo hay cuestiones comerciales que incentivan la siembra, según dijo el analista Diego Pasi, de la consultora Az Group: “Los precios a cosecha no son malos, rondan los 170/180 dólares y en el Excel permiten un resultado positivo”, describió.
Además hay buenas señales que llegan desde el mercado mundial. “Hay una recomposición de las dietas ante la caída de los ingresos en los países en desarrollo, que se vuelcan al consumo de cereales”, explicó la Bolsa de Buenos Aires. También se registra más demanda de países importadores de menos recursos, como es el caso de Egipto, donde la falta de este producto puede derivar incluso en fuertes protestas sociales.
Por otro lado, hay restricciones de parte de la oferta, ya que algunos países productores están aplicando restricciones a las exportaciones. Es el caso de kasajstán, que “prohibió las exportaciones de harina de trigo”, y de Rusia, “que tenía cupo de 7 millones de toneladas para exportar, vendió 4 y frenó la venta al extranjero por la caída en su producción”.
Luego de realizar estos apuntes, el analista Pasi agregó que lo mismo sucede en Ucrania. Esos países, junto con Argentina y Estados Unidos, son los principales exportadores mundiales del cereal.
Una buena siembra de trigo, además de posicionar a la Argentina en el plano internacional, permitirá que haya una suficiente oferta para el mercado doméstico, que usualmente absorbe el 30% de la producción. En este momento esa oferta está en tensión por las elevadas exportaciones, y en el gobierno no descartan intervenir en caso de síntomas de escasez. Como ya sucedió en 2012/13.
En aquel momento, el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno era el encargado de determinar cuándo se podía exportar, quién y a dónde. Esto permitió que los exportadores se hicieran de enormes diferencias comprando la mercadería a precio vil para exportarla a valor internacional,y también implicó subsidios indirectos a los molinos harineros por cifras millonarias. Todo a costa de los productores.