Sebastián Maresca es Investigador del INTA en la Cuenca del Salado, la principal fábrica ganadera que tiene la Argentina. Trabaja en varios aspectos, codo a codo con el productor. Y participa de proyectos de investigación sobre alimentación de bovinos, bienestar animal, tecnologías integradas para producir más carne y hasta de un proyecto regional para mejorar esa cuenca ganadera. ¡Mirá si le van a venir a hablar a él de carne de laboratorio!
“Creo que es muy interesante y no debemos tomarlo para nada como algo amenazante. A mi me toca trabajar con el productor ganadero, y creo que hay que entender que están cambiando los hábitos de consumo. Se están buscando alternativas a la carne. Las nuevas generaciones inclusive también optan de a poco por otras alternativas, pero queda claro que Argentina depende en gran medida de la producción ganadera, y por eso seguimos con el objetivo de aumentar la producción”, dijo Maresca a Bichos de Campo.
El técnico del INTA fue invitado a opinar en un reciente seminario sobre las carnes sintéticas y otros pretendidos sustitutos de las proteínas animales en el mercado. La reunión fue organizada por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) y la Fundacion Centro de Estudios para el Desarrollo Federal (Cedef).
“Aunque a nivel mundial se percibe que puede llegar a darse un cambio en los hábitos de consumo, quedan montones de mercados a los que Argentina puede vender su carne con una calidad diferencial”, explicó el especialista del INTA, que no pareció preocupado por las amenazas contra la carne. “Claramente hay sectores donde el consumo de carne se reduce, pero al mismo tiempo, en países como China, el consumo de carne aumenta de modo exponencial. Incluso se habla de la carne de vaca como alternativa de consumo de la carne de cerdo ante el flagelo de la peste porcina en ese país”, explicó Maresca.
Mirá el reportaje completo realizado a Sebastián Maresca:
Respecto de la “carne” celular o de laboratorio, Maresca consideró que “responde a una demanda genuina de mucha gente que prefiere no comer animales, y aunque es bastante incipiente, es interesante y a largo plazo responderá a cierto sector de la población que pide eso, porque está en contra de la matanza de animales”.
Maresca hizo hincapié en que “lo que debemos empezar a hacer es mirar distintos sectores de la población y distintas demandas globales. En eso, Argentina tiene posibilidades importantes de colocar su carne, un producto de calidad y diferenciado, siempre que esté adecuado a las normas de los países que lo demanden”.
En cuanto al modo de elaboración de este prototipo de producto -que aún no vio la luz comercial, aunque lleva varios años de investigación y desarrollo-, el investigador explicó que “es tejido animal, pero la diferencia es que no hay una faena, no se mata al animal, que es lo que muchos cuestionan. Creo que el sufrimiento y el hecho de matar a un animal es lo que le choca mucho a las nuevas generaciones”.
Pör eso opinó que “es tecnología que va a avanzar y que va a responder a ese grupo de gente, si bien, como decía Narda Lepes en este debate, desde el punto de vista nutricional, todavía queda mucho por desarrollar. Que sea una carne sintética no significa que sea buena desde el punto de vista nutricional”, aclaró.
“Esta nueva tecnología todavía está lejos de llegar a un producto terminado y con una calidad y una caracterización bien definida en su calidad de proteína. Hay un mundo de cosas por resolver todavía”, concluyó.