El pasado 19 de septiembre ocurrió un hecho terrible: la fábrica mendocina de la filial argentina de Verallia, una de una de las industrias de vidrio más importantes del país, se incendió y buena parte de sus módulos quedaron fuera de producción.
Las bodegas consumidoras de vidrio, que ya venían desde 2020 experimentando problemas de abastecimiento de ese insumo ante el crecimiento del consumo interno y las exportaciones, de un día para el otro se encontraron en una situación crítica.
Representantes de la industria vitivinícola solicitaron al gobierno nacional que por favor libere de manera temporaria la importación de botellas, las cuales están virtualmente bloqueadas por aranceles elevadísimos. Pero no se hacen muchas ilusiones.
En el mientras tanto, en el sector se están evaluando soluciones de emergencia, tales como promover envases no tradicionales, como es el caso de las latas de aluminio o los “bag in box”, extender el uso de tetra bricks hacia otras líneas de vinos o incluso implementar la metodología de envases retornables.
Por supuesto, no es el único rubro que sufre la falta de disponibilidad de vidrio, que también afecta a los elaboradores de cerveza, aceite de oliva, conservas y mermeladas, aunque éstos tienen otras alternativas para enfrentar el problema, mientras que las bodegas tienen instalado el uso de botellas de vidrio como parte del su “ADN” logístico y comercial.
La situación es tan grave que hasta una entidad productiva, Federación Agraria (FAA), salió a reclamar que algún funcionario del gobierno nacional intervenga en el asunto para generar una pronta solución.
“Es necesario que se tomen medidas urgentes para evitar la situación de falta de envases; de lo contrario, habrá consecuencias negativas en toda la cadena agroindustrial local”, alertó El presidente de FAA Carlos Achetoni.
“El aumento de la demanda nacional e internacional superó la capacidad de producción de las fábricas locales. Eso, sumado al incendio de una cristalera –que agravó más la situación– y la falta de previsión de producción de las mismas, hace que hoy lo que se produce quede en manos de las industrias concentradoras y ni siquiera ellas logren cubrir sus necesidades”, añadió.
Por tal motivo, Achetoni, quien es mendocino, señaló que el panorama es muy complejo porque “está provocando una acumulación de stock de materia prima que termina afectando al productor por la baja en el precio de sus productos. Hablamos tanto de vinos, como aceites de oliva y conservas de todo tipo de frutas y hortalizas, entre otros productos”.
El dirigente federado apuntó a la necesidad de habilitar mecanismos, al menos de manera transitoria, que favorezcan la importación de este tipo de productos hasta tanto se regularice la situación de las fabricas locales. “Si eso no sucede, los productores de materia prima sufrirán las consecuencias por falta de mercado y precios bajos que no alcanzarán a cubrir los costos; e indudablemente incrementará las distorsiones en toda la cadena productiva”, concluyó.