Hace 15 años Basf y Nunhems iniciaron en España el proyecto “Sandía gota dulce” con el objetivo de introducir la variedad “Fashion”, que buscaba elevar los estándares de la sandía tradicional. Esa iniciativa, que desembarcó en Latinoamérica hace cinco años de la mano de Brasil, ya está ajustando sus últimas tuercas para extenderse hacia la Argentina de la mano de los supermercados y grandes retailers.
En Argentina el cultivo de sandía se extiende de octubre a mayo y se realiza (¡también!) por siembra directa. Emplea sistemas de riego tradicionales y no requiere polinizadores externos. Pero algo distinto ocurre con las variedades que se busca instalar a través de este proyecto. Tanto la sandía Fashion (la española) como la Style (la variedad que se adaptó a Brasil) requieren de una tecnificación mayor para su producción, ya que se inicia en plantinera, precisa riego por goteo y, a diferencia de la común, necesita un contacto cercano con colmenas para su polinización.
“Hay toda una parte de exigencia en el cuidado para garantizar la calidad. Se trabaja con productores de menor superficie, porque si bien hay mayor rendimiento por hectárea, también hay un costo mayor por semilla”, explicó a Bichos de Campo Pedro Clement, gerente de Fructidor, empresa encargada de la comercialización exclusiva de esta fruta.
Luego de que Basf y Nunhems se fueran de Argentina, se seleccionó a un representante comercial para continuar con la iniciativa, que es la empresa Leven, y a un comercializador, que en este caso es Fructidor. Ambos en conjunto trabajan para seleccionar a los potenciales productores que trabajarán con estas nuevas variedades.
“No sumamos a cualquier productor. Tenemos un calendario de siembra y cosecha. Hay que adaptar a los productores de las distintas zonas para poder cumplir con el presupuesto y las fechas estimadas”, señaló Clement.
Uno de los requisitos, por ejemplo, es que haya colmenas a disposición o que se cuente con los recursos para colocarlas. Esto es importante, ya que estas variedades de sandías tienen entre 12 y 14 grados Brix –la forma en que se mide el dulzor de una fruta- contra los 6 u 8 grados de la sandía tradicional. Esa modificación, que la acerca mucho al grado de dulzor de un melón, solo se consigue con una polinización más intensa.
“Si no se utilizan colmenas va a tener un menor rendimiento porque va a tener menor cuaje y, al mismo tiempo, van a ser productos de menor calidad. Ya tenemos estimado el ciclo del cultivo y hemos comprobado que en zonas donde hay abejas naturales, ellas prefieren otras flores antes que la de la sandía, perdiéndose así cantidad de visitas. Las visitas están calculadas por un ingeniero agrónomo. Tiene que tener al menos cinco por minuto para garantizar que tenga ese dulzor”, indicó el gerente.
Además de las diferencias en su sabor, estas sandías poseen una pulsa libre de semillas y una cáscara con menor cantidad o directamente nulas vetas.
En Argentina ya participan diez productores distribuidos en las provincias de Salta, Santiago del Estero, La Rioja, Mendoza, San Juan y Río Negro. De esta forma, se garantiza tener fruta hasta los comienzos del otoño.
La primera campaña se realizó a comienzos de diciembre de 2020 y la temporada cerró con entre seis y siete hectáreas comercializadas. Si bien los productores no están obligados a comercializar con la empresa Fructidor, al iniciar el proyecto se les recomienda hacerlo para acceder a canales de venta más exclusivos, con una presentación de la fruta distinguida.
En cuanto a su valor en góndola, estas variedades superan al precio de la sandía tradicional en un 10% a 15%, porcentaje que puede duplicarse a partir de enero. El costo de producción, en cambio, depende de las instalaciones con las que cuente el productor previo a iniciar el proceso.
“El objetivo es ir a supermercados donde el consumidor esté dispuesto a pagar un plus por una sandia que está más cerca de un melón. Además buscamos tener menor estacionalidad de los precios. Cuando arranca el cultivo de sandia en octubre, que es la de Corrientes y Formosa, viene con un precio muy alto que después cae rotundamente entre diciembre y enero. Eso perjudica al productor que tiene insumos en dólares y no le da para cubrir eso. Nosotros tratamos de garantizarle un precio que no fluctuará tanto, para que no tenga momentos sin rendimiento”, sostuvo Clement.
Por el momento ambas variedades de sandía, la Fashion y la Style, se producen en las mismas proporciones en el país, y se las puede encontrar en los principales mercados concentradores. Se espera que a la brevedad ingresen en supermercados.