El presidente de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, Sebastián Hernández, está convencido de que uno de los problemas más graves de los chacareros del Alto Valle es la falta de mercados, ya que solo los grandes empaques integrados llegan a los mercados de exportación y los independientes muchas veces son la variable de ajuste: cuando falta fruta cobran bien, pero cuando sobra…
Hernández viene propiciando que su entidad pueda participar directamente en la comercialización de peras y manzanas en los grandes centros urbanos. Lo ha hecho con algunos envíos hacia el Mercado Central y hasta en algunas ferias organizadas por la Ciudad de Buenos Aires. Pero también apunta a los planes sociales y ahora también a las escuelas.
En las últimas horas, también el gobierno de Río Negro habilitó una importante ventana para que los pequeños productores del Valle destinen parte de su cosecha de peras y manzanas. Anunció la Provincia que los estudiantes de 276 escuelas de Bariloche, Cipolletti, General Roca y Viedma, podrán consumir frutas que serán provistas por la Federación durante el ciclo lectivo 2020. Que los chicos coman fruta, lo que todas las madres quieren.
Para eso, ante la mirada atenta de la gobernadora Arabela Carreras, se firmó un convenio entre el Ministerio de Educación y Derechos Humanos y la entidad frutícola, que se comprometió a proveer al sistema educativo 621.000 kilos de fruta fresca. El problema es que la canasta de frutas prometida por Hernández no solo incluye las peras y manzanas, principal producto de las chacras de este valle patagónico, sino también bananas y cítricos (naranjas y mandarinas).
Por eso Bichos de Campo consultó a Sebastián Hernández: ¿Cómo van a hacer para cumplir con ese requerimiento si en el Alto Valle no se producen cítricos y mucho menos bananas?
“La idea es hacer un convenio con los productores citrícolas de Corrientes y Entre Ríos y también con los productores de Formosa por el tema de la banana, para hacer un intercambio de productos: traer naranjas y bananas para acá y mandarles peras y manzanas. Vamos a empezar a trabajar así con la provincia de Río Negro, pero luego se va a intentar incorporar a todas las provincias”, nos explicó el dirigente.
¿Se viene el “clearing frutícola”? En el mercado financiero, se conoce como clearing al procedimiento por el cual una organización asume el papel del comprador y el vendedor para transacciones con el fin de conciliar las órdenes entre las partes.
No es descabellado pensarlo. En las provincias del Litoral existen unas 50 mil hectáreas implantadas con naranjas y mandarinas que tampoco encuentran fácilmente un mercado que absorba toda la oferta, ya que las exportaciones han caído al mínimo histórico (menos del 10% de la producción) y el consumo interno de cítricos también ha caído fuerte debido a la crisis económica. De hecho, la Federación de productores patagónicos compartió con la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier) una protesta en Plaza de Mayo.
En el caso de las bananas, que además de en Formosa se producen en la zona de Orán, en Salta, la situación es que la oferta local -que alcanza solo a cubrir el 15 a 20% del consumo- es desplazada del mercado por la fruta importada, especialmente de Ecuador, Brasil y Bolivia.
Según el acuerdo firmado por Hernández, las escuelas rionegrinas deberán recibir un 55% de peras y manzanas, un 35% de cítricos y el restante 10% de bananas. La inversión total del Gobierno de Río Negro serpa de 46.575.000 pesos, lo que arroja un precio promedio de 75 pesos por kilo. Es mucho más de lo que cobran actualmente los productores de todas esas frutas.