En enero pasado llamó la atención el hecho de que la faena argentina registrada una caída interanual del 15% (equivalente a 173.300 cabezas menos). La hipótesis detrás de ese fenómeno es que la oferta comenzó a mostrar señales de fatiga por falta de estímulos. Pero en febrero ese indicador se recuperó.
El mes pasado se vendieron a los frigoríficos 1,039 millones de animales, lo que representó una mejora del 1,6% respecto al mismo mes de 2020, según datos publicados por la Dirección de Control Comercial Agropecuario. Suponiendo un peso medio de 228 kilos, la producción el mes pasado habría llegado a unas 238.000 toneladas.
“Si se anualizara la cifra de febrero y se proyectara un volumen de exportación similar al de enero pasado, ese mes habría habido un consumo aparente por habitante y año equivalente a casi 45 kilos, 10% más que lo que sucedió con el mismo cálculo de enero pasado”, explicó a Bichos de Campo el analista Víctor Tonelli.
El analista además señaló que la faena de hembras no fue alta y llegó al 45,6% y, de ese total, dos tercios fueron vaquillonas. En el caso de los machos, el 80% fueron novillitos. Se trata de las categorías livianas que abastecen fundamentalmente al mercado al mercado interno.
De todas maneras, vale remarcar que el crecimiento registrado durante el mes de febrero no alcanza ni por lejos a compensar la caída de faena observada en enero, así que habrá que ver cómo evoluciona esta “película” en los próximos meses.
En el primer bimestre de 2021 la faena bovina acumula 2.040.810 cabezas, lo que representa una cifra casi 150.000 animales inferior a la registrada en el mismo período de 2020.
En ese contexto, el interés de la demanda, tanto interna como externa, se muestra muy firme. Los consumidores argentinos siguen convalidando los precios de la carne vacuna a pesar de la caída generalizada del poder adquisitivo (la pasión de los argentinos por la carne le pone el pecho a la crisis económica). Y los importadores chinos y europeos se muestran ávidos por concretar negocios.
El novillito o vaquillona de feedlot de mejor terminación cotiza actualmente entre 170 y 185 $/kg, lo que representa una suba nominal superior al 80% interanual, cuando la inflación oficial del período se encuentra en 38,5%.
Claro que esos precios que más que duplican a la suba de la inflación no alcanzan a la mejora que tuvo el ternero de cría, que aumentó entre 100% y 110% respecto de los registros de febrero del año pasado, generando –tal como viene sucediendo en el último año– relaciones de compra/venta desfavorables que hacen inviable el negocio de los feedlots.
La “fábrica ganadera” argentina comenzó a quedarse sin nafta en un escenario de demanda firme