En el arranque del año 2021 las ventas de camionetas en el mercado argentino se recuperaron de manera notable y, a diferencia de lo que sucede en el caso de los automóviles, la principal restricción presente no es un factor de demanda sino de oferta.
En el primer bimestre de 2021 los patentamientos de las seis camionetas más elegidas por productores agropecuarios –Toyota Hilux, Volkswagen Amarok, Ford Ranger, Chevrolet S-10, Fiat Toro y Nissan Frontier– sumaron 14.775 unidades, una cifra sustancialmente superior a la registrada en el mismo período de los últimos dos años, según datos difundidos por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara).
Toyoya Hilux mantiene el liderazgo de ventas, seguida por Volkswagen Amarok y luego por Ford Ranger, en un mercado que se torna crecientemente competitivo con la introducción del nuevo modelo Renault Alaskan
Y este año ingresarían nuevos competidores al segmento: Chevrolet Silverado con mecánica TurboDiesel de 3.0 litros, 281Cv de potencia y 619 Nm de torque; y Ford F-150 en su versión Lariat Luxury con motor V8 5.0, 400 cv y 542 Nm.
Buena parte del aumento de la demanda de camionetas se encuentra asociada a precios agrícolas superiores a los presupuestados al comienzo de la campaña 2020/21 –producto de una inédita demanda de commodities agrícolas por parte de China– junto con un “retraso cambiario” que abarata los bienes dolarizados (como es el caso de vehículos).
Un informe de Acara señaló que el “desempeño de las ventas minoristas de vehículos nuevos está más afectado por la oferta que por la demanda”.
“La disponibilidad de unidades por parte de las concesionarias es limitada por problemas de abastecimiento (sobre todo de unidades importadas) y la incertidumbre respecto de la reposición del stock es al mismo tiempo alta, con lo que el escenario de ventas bajas y precios altos parece ser el más probable para los próximos meses”, añadió.
Desde 2020 el gobierno nacional viene implementando crecientes restricciones cambiarias y regulatorias para desincentivar importaciones, algo que no sólo afecta a los vehículos importados, sino también a los producidos en el país con piezas provenientes del exterior.
Adicionalmente, algunas fábricas automotrices están registrando dificultades operativas porque el personal no quiere realizar horas extras para evitar abonar una mayor proporción del impuesto a las Ganancias, dado que, debido al regresivo y ridículo sistema impositivo argentino, salarios de empleados registrados con un mayor ingreso bruto pueden representar al final del día en un menor ingreso neto.
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