Hace unos días el portal especializado Hispaviación publicó un artículo titulado “El UAV Pelican Spray ya puede operar en operaciones comerciales centradas en la protección de cultivos”.
Un UAV, por sus siglas del inglés unmanned aerial vehicle, es un vehículo aéreo no tripulado, más chacareramente conocido como simple “dron”. El tema es que este modelo, el Pelican Spray, de la empresa Pyka, es un drone “grandote”: Es “la aeronave no tripulada más grande que ha recibido autorización de la FAA [Administración Federal de Aviación] para vuelos comerciales en Estados Unidos”, reza al artículo.
Según Hispaviación, el Pelican Spray ya ha sido probado en América Central y del Sur, donde ha estado realizando operaciones en regiones bananeras para proteger las explotaciones de un hongo común que se da en este cultivo.
Igualmente, en Brasil ha realizado operaciones en explotaciones de maíz, soja, algodón y caña de azúcar. Pero quizás lo más sustancial es que “puede transportar hasta 240 litros de líquido y rociar hasta 97 hectáreas por hora, y es capaz de operar de noche, lo que aumenta significativamente la ventana operativa, llegando a duplicar o triplicar la ventana de pulverización viable”.
El video de la empresa en YouTube es bastante elocuente.
Bichos de Campo consultó con referentes de la industria de la aeroaplicación si entonces con lanzamiento de productos como Pelican Spray se iban quedar sin laburo.
Walter Malfatto, presidente de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FEARCA) fue contundente: “Yo creo que la aviación agrícola no se va a perder nunca”. “Estamos en épocas que viene muy seco, donde se usa mucho la aplicación terrestre, pero hace años que ya venimos como los bomberos, trabajando cuando se inunda, cuando hay una situación extrema de un ataque de insectos. Pero la aviación agrícola creo que no se va a perder nunca.”
Si bien para Malfatto la aeroaplicación no se perderá nunca, quizá sea momento de imaginarse una aeroaplicación sin pilotos. Pero el especialista alerta por algunos puntos a tener en cuenta: “Quizás vienen tiempos diferentes, el dron se está instalando, esto es un dron igual, es un avión sin tripulación, pero yo digo que se van a hacer muchas macanas, no lo puede volar cualquiera a esto, además tiene que tener un control de tierra, también está el tema de la inversión de temperatura y todo lo que tiene que ver con dejar de aplicar cuando no están las condiciones climáticas.
En tal sentido, Juan Molina, secretario de Fearca y titular de grupo APC, una empresa dedicada a la aplicación de fitosanitarios, resaltó: “El Pelican Spray tiene la capacidad de transportar una cantidad considerable de líquido y rociar grandes áreas, su utilidad en la industria agrícola es significativa. Aunque los drones como el Pelican Spray pueden brindar eficiencia y precisión en ciertas operaciones, es probable que coexistan con los aviones aeroaplicadores en función de la escala y la naturaleza de las tareas agrícolas”.
Por su parte, Mauricio Fargioni, aeroaplicador de Pujato, Santa Fe, e integrante de la Cámara de Empresas Aeroaplicadoras de esa provincia y ex presidente de la Federación, expresó: “En todos los ámbitos estamos viendo esta orientación a que el ser humano cada vez esté menos implicado en ciertas tareas; en algunos países pedís un taxi y vienen sin chofer. Está demostrado que los aviones comerciales están preparados para volar automáticamente y autónomamente sin pilotos y hasta si queremos remontarnos, lo último que está pasando es la inteligencia artificial. Ahora la pregunta mía es qué va a pasar, a dónde vamos a llegar, a dónde va a llegar el ser humano con esto. Yo creo que la respuesta va a dar el tiempo”.
Y a modo de reflexión, Fargioni nos compartió un pensamiento de Saint-Exupery, “que un poco refleja ya lo que se avizoraba en ese tiempo”.
Asi es el capitalismo, busca minimizar costos y maximizar ganancias, por eso las cosas son ams accesibles para mas porcentaje de persoanas que hace 100 años.
Y estos drones los va a tener que manejar un profesional, no es cualquier cosa.