¿Qué son las Giberelinas? Le pregunta para encarar esta nota es necesaria, pues se trata de algo bastante novedoso para el agro argentino, donde a paso firme vienen ganando terrenos diversos productos biológicos que reemplazan a complementan a los agroquímicos convencionales. Hasta ahora había promotores de crecimiento, biofertilizantes y algún que otro bioinsecticida. Pero no mucho más. Las mencionadas Giberelinas cobran importancia porque irrumpen en un territorio donde hasta ahora los bioinsumos eran extraños: los barbechos químicos donde tallan los herbicidas.
¿Pero que son la giberelinas? Sin poder reemplazar por completo a los agroquímicos convencionales, comenzando por el difundido glifosato, en algunos ensayos agrícolas se han comenzado a usar hormonas vegetales como herramienta para potenciar la acción de los agroquímicos. Una hormona vegetal o fitohormona es un compuesto producido internamente por una planta, que trabaja en muy bajas concentraciones y su principal efecto se produce a nivel celular, cambiando los patrones de crecimiento de los vegetales.
Las giberelinas corresponden al ácido giberélico GA3, que fue descubierto por un grupo de científicos japoneses mientras desarrollaban un estudio de un extracto del hongo Gibberellum fugikunoi. Entre los efectos fisiológicos de las giberelinas están los de controlar el crecimiento y elongación de los tallos, estimular la elongación del escapo floral, inducir la floración, y estimular la germinación, el crecimiento y desarrollo de frutos, entre otros.
Volviendo a la Argentina, ante la incertidumbre que marcó este inicio de la campaña fina, luego de una prolongada sequía, muchos lotes agrícolas se destinaron a barbecho, esperando que se den las condiciones para la siembra. Cuando se hace un barbecho, lo usual es recurrir a una alta carga de agroquímicos para mantener el lote limpio de malezas, que además vienen adquiriendo notables resistencias a diversos principios activos.
¿Cómo se incorpora en ese esquema un insumo biológico, que es lo que reclaman tanto los consumidores como un cada vez mayor número de productores?
El barbecho (dejar el lote en latencia hasta la siembra) tiene dos objetivos principales: controlar las malezas y reducir el banco de semillas para evitar una gran infestación, además de cuidar los recursos de agua y nutrientes disponibles en el suelo. Se hacen utilizando una paleta amplia de herbicidas, rotando principios activos y minimizando riesgos futuros de fitotoxicidad. Siempre condicionados porque los casos de tolerancia y resistencia de malezas a diferentes herbicidas se siguen sumando.
“Por eso hay que ir permanentemente modificando las estrategias, rotando modos de acción e incorporando nuevos activos y herramientas que nos permitan controles más eficientes”, dicen los técnicos de la empresa argentina Gleba, que están ensayando la incorporación de las novedosas giberelinas para barbecho químico.
“Las giberelinas demostraron ser un aliado eficiente de los herbicidas. Entre las ventajas de su implementación están las de mejorar la traslocación del herbicida sistémico, permitir que una mayor de concentración del ingrediente activo alcance los sitios de acción, lograr un quemado más rápido y uniforme, e incrementar el control de malezas difíciles, disminuyendo la posibilidad de rebrotes”, dijeron desde esa firma formuladora.
Gleba lanzó recientemente al mercado un bioinsumo llamado Giberelac, que es una fitohormona de crecimiento y elongación que actúa por contacto y efecto translaminar. “Su formulación SL incluye giberelina 10%. Como concentrado soluble en agua, puede agregarse directamente en el tanque del equipo pulverizador”, explicó la compañía.
Según esta empresa, su uso en pequeñas dosis “no genera ningún tipo de fitotoxicidad. En combinación con herbicidas, la dosis recomendada es superior a los 5 cc/ha (entre 6 cc a 10 cc.), sabiendo que una mayor dosis no va a aumentar la eficacia de los tratamientos”.
Lo interesantes es que la compañía ya muestra algunos ensayos a campo con esta tecnología que introduce los bioinsumos en el territorio de los barbechos. Y lo hizo sobre una de las malezas más complicadas a nivel nacional, el yuyo colorado (Amaranthus hybridus) el cual tiene registrados biotipos resistentes a inhibidores de ALS como los herbicidas clorimuron-etil e imazetapir, a inhibidores de la EPSP sintetasa como el glifosato, y resistencia múltiple a inhibidores de ALS y EPSP sintetasa.
“El control químico de yuyo colorado actualmente está basado en la aplicación de herbicidas preemergentes, cuyos principales exponentes son los inhibidores de la PPO como sulfentrazone, flumioxazin y fomesafen, dado que se considera que un porcentaje no menor al 90% de las poblaciones presentan resistencia a herbicidas inhibidores de la ALS y glifosato”, se apuntó, para marcar la alta dependencia de esta tarea a los insumos químicos convencionales.
Para probar su producto, Gleba llevó adelante un ensayo sobre un lote en Manuel Ocampo, provincia de Buenos Aires, durante la campaña 2022/23, donde el Amaranthus había alcanzado un tamaño de entre 15 y 20 centímetros. Es decir, hubo que aplicar en post emergencia, lo que permitió evaluar al Giberelac como potenciador de la acción del glifosato en combinación con flumioxazin.
Según este ensayo, la combinación de glifosato 2,25 l/ha + Flumynet 0,1 l/ha + Giberelac 6cc/ha, fue la mezcla que mejores resultados logró, con un control que logró el 50% de eficiencia a 35 días después de la aplicación.
Frente a este resultado, Eduardo Grognett, el gerente de Desarrollo de Gleba, consideró: “Es primordial incorporar nuevas tecnologías en el control de malezas que minimicen los riesgos de resistencias o tolerancias. En el caso de las giberelinas, al ser de origen natural, no generan problemas mientras incrementan el quemado rápido de los PPO”.
“Estos mismos efectos, que se observan sobres malezas de hoja ancha, también se presentan sobre los controles de gramíneas utilizando un graminicida. En este ensayo, si bien las condiciones climáticas fueron muy malas debido a la falta de precipitaciones, al incorporar bajas dosis de Giberelac en los tratamientos se logró una mayor velocidad de control como también mejores controles finales”, indicó el especialista.