Corrientes es la gran productora de arroz del país, por sobre otras provincias del litoral donde prende ese cultivo. La actividad requiere grandes cantidades de agua y obviamente no escapó a los efectos negativos de la seca. Si bien hoy ahora está lloviendo en esa región y eso trae muchísimo alivio, los daños para los productores arroceros son notables
Pedro Tomasella siembra 1.000 hectáreas de arroz y forma parte de un grupo reducido de 60 productores chicos y medianos que todavía quedan en esa provincia, donde la mayor cantidad de hectáreas están en manos de grandes firmas. “En los 80 éramos 300 productores chicos a medianos en la provincia, pero las crisis económicas hicieron que muchos cambiaran de actividad” recordó.
Tomasella es también el presidente de la Asociación de Plantadores de Arroz de Corrientes y por eso es voz autorizada para explicar qué pasó en Corrientes con el arroz en estos últimos meses signados por la sequía primero y los incendios después.
El productor dijo que de las 650 mil toneladas de arroz que se proyectaban cosechar este año se perdieron ya, por efecto directo de la seca, unas 200.000 toneladas, casi la tercera parte. Todavía le quedan entre 15 y 20 días a la cosecha y se supone que la pérdida terminará siendo un poco mayor. Además hay que calcular la pérdida por calidad, que también impactará en el resultado económico de esta campaña.
“En Corrientes se sembraron más de 90 mil hectáreas y se perdieron 25.000 por la seca, lo que significa cerca del 30% de la superficie total” explicó Tomasella a Bichos de Campo. “Faltó agua para regar los campos ya que se junta en represas, pero la pérdida podría ser mayor”.
En dinero el daño promete ser millonario. El productor y dirigente agregó que “implantar una hectárea de arroz en la provincia costó este año 1.200 dólares”, que por supuesto no tienen seguro ni nada por el estilo. “La pérdida entonces es enorme y a los productores de menor tamaño les va a costar y mucho encarar la próxima campaña pero también hacer frente a los compromisos de la actual ya que muchos insumos se pagan a cosecha”, explicó.
Los productores piden ayuda, pero por ahora recibieron poca. El gobierno nacional se tomó su tiempo y recién a fines de la semana pasada declaró la emergencia agropecuaria, que fue publicada en el boletín oficial: “A los efectos de la aplicación de la Ley 26.509 dase por declarado, en la Provincia de Corrientes el estado de emergencia y/o desastre agropecuario, según corresponda, desde el 1 de enero de 2022 y hasta el 1 de julio de 2022, a las explotaciones agropecuarias afectadas por sequias y/o incendios en todo el territorio provincial”.