Es común escuchar que los rendimientos de la soja se encuentran estancados, a pesar de que también se observa como el sector demanda más innovación y tecnología para este cultivo. ¿Pero está realmente estancado o los estancados son los productores?
Desde Aapresid indicaron que si bien el desarrollo y producción de un cultivo depende en gran medida de la interacción del genotipo con el ambiente, en medio de esas variables se encuentran las capacidades de los profesionales para tomar decisiones de manejo que permitan que el potencial del cultivo se exprese al máximo. En ese sentido brindaron cinco claves para optimizar los rendimientos de la soja.
En primer lugar, en lo que respecta a la genética, indicaron si bien Argentina ha sido vanguardista en la adopción de la oferta genética y biotecnológica, así como a la adaptación a diferentes ambientes a lo largo del tiempo, la evolución de la ganancia genética en soja no ha sido equiparable a la de competidores como Estados Unidos y Brasil.
“La baja recuperación de la inversión por parte de la industria semillera acota los presupuestos destinados al mejoramiento genético de autógamas, que a menudo son financiados por las filiales que las compañías tienen en el exterior”, indicó Germán Fogante, socio y referente de Aapresid.
En este sentido explicaron que es importante cambiar la dinámica entre la demanda de tecnología y el pago de los costos asociados a esas mejoras.
En segundo lugar, bajo la premisa de que el rendimiento se construye, señalaron que la elección adecuada del material -considerando factores como ciclo, grupo de madurez, arquitectura de la planta y características biotecnológicas- debe combinarse con la elección precisa de la fecha de siembra, con el objetivo de ubicar el periodo crítico del cultivo en el momento de mejor oferta hídrica, evitando también el riesgo de heladas.
🧵HILO – Claves para optimizar el rendimiento en SOJA 🌱
En este hilo, repasamos cada punto a ajustar de la mano de German Fogante @GERFOG 👇🏻 pic.twitter.com/uwuMXMrIxn
— Aapresid (@aapresid) October 3, 2023
“El cultivo de soja logrará una mejora de su oferta productiva si se logra combinar la oferta genética y/o biotecnológica de los materiales que aportan tolerancia a factores de estrés bióticos y abióticos, junto con la mejora del ambiente de producción y las buenas practica de manejo”, subrayó Fogante.
En tercer lugar mencionaron la importancia de adoptar correctamente a la siembra directa. Si bien sus beneficios sobre el sistema son ampliamente conocidos -como su impacto positivo en la mejora de los suelos, el secuestro de carbono, el ciclado de nutrientes, la mayor infiltración del agua de lluvia, la reducción de la erosión, el aumento de la biodiversidad, entre otros beneficios-, se advierte un incremento de suelo labrados, práctica que resta mucho.
En cuarto lugar se refirieron a los nutrientes, quienes se pueden comportar como una limitante para maximizar los rindes de la soja.
“Fertilizar es fundamental para achicar las brechas de rendimiento, tanto en soja de primera como de segunda. A pesar de esta evidencia, no estamos fertilizando el cultivo y mucho menos reponiendo los nutrientes que se lleva el grano. Solo el 14% de los lotes del país se somete a análisis de suelo”, señalaron.
Finalmente, en quinto lugar de resaltó la importancia de las nuevas herramientas y tecnologías a disposición de los productores.
“Otro salto en el manejo es salir de los promedios y enfocarse en trabajar por ambientes o sitios específicos. Hoy disponemos de muchas herramientas para hacer ambientación, entre las que se destacan drones, imágenes satelitales, mapas de rendimiento, modelos de simulación y numerosas plataformas digitales que convierten los datos en información valiosa. Ella es fundamental para diseñar el mejor esquema productivo, tomar decisiones más precisas y hacer prescripciones que sean eficientes y rentables”, indicaron.