Ni soja ni retenciones, ninguna de las dos palabras que en estos momentos ponen en jaque la economía de miles de productores agropecuarios y también la de toda la Argentina se pronunciaron más de una o dos veces este miércoles por la noche en el acto con el que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires celebró su 170° aniversario. Fundada en 1854, un año después de la primera constitución nacional, esa entidad trató de no llenar de los problemas de coyuntura un evento tan especial.
Lo cierto es que la soja en Chicago volvió a cerrar este jornada por debajo de 350 dólares por tonelada en la posición septiembre. Y que aquí, por impacto de las retenciones que permanecen en altísimos niveles del 33%, eso equivale a unos 275 mil pesos, una cifra que complica la rentabilidad del mejor de los productores y también la del propio gobierno, porque los chacareros siguen sentados sobre sus bolsones, esperando una mejora de esas cotizaciones.
En este marco, el acto del a BCBA parecía el lugar indicado para meter presión a las autoridades, que llegaron casi en un colectivo, porque estaba medio gabinete y prácticamente todo el equipo económico liderado por el ministro Luis Caputo. Pero José Martins, el presidente de la Bolsa, optó de entrada por la diplomacia y mostró un cerrado alineamiento del sector con las políticas de ajuste fiscal, déficit cero y reforma del estado que lleva a cabo el gobierno de Javier Milei. Por caso, de entrada dijo que se festejaba este aniversario luego de ocho años y lo vinculó directamente con los nuevos vientos que soplan en la economía.
“Es fundamental que trabajemos juntos para crear un entorno económico que favorezca el crecimiento sostenible y la competitividad de nuestra agroindustria”, expresó el cerealista, prefiriendo dejar los reclamos para otra ocasión. Incluso recordó, ante las voces que cada vez reclaman más por una baja de los derechos de exportación a los granos, que fueron muy criticados “cuando decíamos que lo que se necesitaba era una baja gradual de la carga impositiva”. Explicó que “sabíamos que era utópico e inviable llevar a cabo las promesas de campaña de bajar las retenciones a cero. Por eso siempre propusimos una baja gradual”.
No es que desatendió Martins la insistencia con ese reclamo. Pero prefirió dejar la mesa servida para que Caputo luego, se extendiera en un discurso que buscó en todo momento tocar una fibra emotiva de los empresarios, en el que pidió a los integrantes de la cadena agrícola que confiaran en el proceso de normalización macroeconómica encarado por el gobierno, y les pidiera que se sintieran “coprotagonistas”.
“La Argentina no tiene credibilidad y entonces uno primero tiene que mostrar resultados. No podemos hacer promesas que no vamos a poder cumplir”, repitió el ministro de Economía, que por supuesto prometió -como en todas sus últimas presentaciones- continuar en la senda de la rebaja de impuestos distorsivos ni bien sea posible, aunque sin dar precisiones y sin ni siquiera mencionar la palabra retenciones.
El propio Caputo mencionó que su intención en ese acto -al que también asistió el jefe de Gabinete, Gustavo Francos, eras “combatir el escepticismo” de los empresarios. “No digan esta ya la vimos. No la pudimos haber visto porque nunca se hizo”, les reclamó, repitiendo cosas como que el presidente Milei es en estos momentos una de las tres voces más escuchadas del mundo, que ya se han disparado inversiones por más de 40.000 millones de dólares, y que la economía ya muestra señales de recuperación.
“Siempre va a haber de gente que quiera vaciar el vaso”, imploró, mientras prometía escribir un libro con sus anécdotas en esta gestión junto a Milei y apuraba las palabras para poder liberar a la gente para que alcance a ver a tiempo el partido de Ríver Plate versus Talleres.
“Ustedes no son los extras sino que son los coprotagonistas. No sé los digo como un mimo”, se despidió, no sin antes definir que el proceso de la normalización de la macroeconomía “va a llevar un tiempo. Por lo pronto vamos bajando el peor de los impuestos que es el inflacionario. No tengan dudas de que vamos a ir bajando el resto de los impuestos distorsivos. Esa es la forma de ir ganando competitividad. Hay que dejar esa idea fantasiosa de que la competitividad se gana devaluando”, agregó frente a una platea que lo siguió con respeto y atención, pero que a la vez no le dedicó ningún aplauso más que el saludo del final.
Fue empate. El ministro de Economía no pidió por una liquidación más veloz de la soja que está en poder de los productores, y a cambio se llevó un tenue reclamo de la cadena agrícola en materia de retenciones y salida del cepo. Martins apenas le recordó que en su despacho hay un plan de rebaja gradual elaborado por la Bolsa de Cereales, que “está a disposición de las autoridades” e incluye un análisis sobre “el impacto que podrá tener esa rebaja, que va de la mano de traer mayores inversiones y empleo, generar divisas y por lo tanto una mayor recaudación impositiva”.
El tono del discurso del dueño de casa solo se puso firme cuando se refirió a un reclamo concreto por la situación del Elevador del puerto de Quequén, ya que el contrato de concesión a las cerealeras que lo manejan desde hace 33 años vence en noviembre próximo, no hay indicios de una nueva licitación y por el contrario hay versiones de que la Provincia de Buenos Aires, su propietaria, pensaría una participación estatal para el futuro de ese puerto lindero a Necochéa.
“Hemos hecho las un versiones necesarias para que el puerto de Necochea pueda ser un lugar de rápido acceso para nuestros productores. Sabiendo que expiraba la concesión, durante los últimos cuatro años hemos estado presentando propuestas al consorcio con inversiones concretas por 25 millones de dólares, pero no hemos recibido respuesta. Solo tenemos una prórroga provisoria que está venciendo en breve. Por eso se ha decidido suspender a partir del 30 de septiembre el servicio de carga y elevación”, anunció Martins, en nombre del consorcio que maneja el elevador.
El reclamo, de todos modos, no apuntaba al gobierno nacional sino simplemente al bonaerense. Por el contrario, hubo mieles dedicados a la nueva gestión de Milei, ya que Martins valoró especialmente “la remoción de barreras al comercio y la disolución de fideicomisos que no ofrecieron ningún resultado”. Y hasta exageró: “Hemos expresado nuestra apoyo al Pacto de Mayo y estamos 100% de acuerdo con la desburocratización y la reforma del estado argentino”.
Corten las rutas, como en el 2008 ¿Se acuerdan?
¿Ah no? Claro! Eso es para los gobiernos que les hacen ganar plata!
¡Viva la libertad carajo!
Jajajajajaja