El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) continúa acumulando denuncias en su contra, por usurpación de campos y por daños físicos, incluso contra pequeños productores de su provincia, que dice representar. Pero aunque la cantidad de acusaciones ya da que hablar en sí misma, ninguno de los denunciantes afirma haber tenido respuesta de parte de las autoridades. Por el contrario, se sospecha de la complicidad de este movimiento político con las máximas jerarquías provinciales.
Si bien el miedo a represalias mayores tiene cautivo a muchos de los afectados, algunos eligen no callar al ver afectada su integridad física. Tal es el caso de Oscar Amato, un productor agropecuario de la provincia de Córdoba que en 1999 adquirió un campo en la localidad santiagueña de Sumampa, y que desde 2005 convive a la fuerza con miembros del Mocase.
“En 1999 compré un campo de 322 hectáreas al titular original, con uno de esos títulos más antiguos que venían estampillados. El objetivo era ponerlo a producir, especialmente para ganadería. En 2005 una pareja usurpó un pequeño rancho que estaba en la propiedad. Los denuncié pero la Justicia no hizo nada. Con el tiempo tomaron más tierras. Ahora se armaron un plano de 69 hectáreas”, dijo a Bichos de Campo Oscar Amato.
Desde la fecha de la compra, el cordobés calcula que lleva invertidos más de 1 millón de dólares en instalaciones.
“El campo era un monte. Yo hice todo el papelerío y planos necesarios. Hice los deslindes, los alambrados, las perforaciones y molinos, construí un tanque australiano de 100 mil litros, cañerías subterráneas, potreros, una manga, un brete, corrales de aparte, un cepo, un feedlot. Todo lo necesario para realizar la actividad. Tengo todas las escrituras e impuestos al día”, afirmó el productor.
Al principio Amato recibió la ayuda de la ex dueña del campo, que envió a un oficial de Justicia a intimar a los usurpadores. Sin embargo ni ella ni el actual dueño recibieron ayuda de la justicia provincial y, por el contrario, la causa se archivó.
“Las denuncias de usurpación y amenazas las continué yo. Ya acumulé más de 30. A la pareja ya la conozco. Se trata de Ramón Ignacio Córdoba y Rita Romualda Gómez. Esta gente comenzó a cortarme los alambres de los potreros, luego una manga y muchos caños. Cuando arreglé eso vino Gómez con otra mujer de apellido Orellana y me pegaron con un palo. Me quebraron dos dedos de la mano izquierda, me fisuraron la muñeca y me hicieron dos traumatismos de cráneo”, detalló el cordobés.
Por desgracia ese no fue el único altercado. Una vez que el hombre volvió a arreglar los alambrados rotos, la pareja volvió a agredirlo, esta vez con una fusta y una punta de lanza con la que dañaron su abdomen y le fisuraron otros dos dedos.
-¿Usted vive en el campo?
-No. Yo vivo en Córdoba pero visitó el lugar cada 15 días. Tengo empleados trabajando, pero que ya no quieren seguir porque también los atacaron a ellos. Uno recibió una puñalada en la mano.
-¿Cómo se dio cuenta que se trata de integrantes del Mocase?
-La mujer que me atacó me dijo que eran participantes de ese movimiento. Los cabecillas son Roberto Farías y Juan Chazarreta. Están dirigidos directamente por el gobernador Gerardo Zamora y por el juez López Alsogaray.
-¿Se sumó más gente a la usurpación?
-Al momento no pero sus animales, mayoritariamente cabras, se meten a mis tierras y comen mis pasturas. Tuve que sacar mis vacas porque si no se nos escapan con los alambrados cortados.
-En otros casos los usurpadores acusaban tener títulos de la tierra. ¿A usted le mostraron algún documento que dé cuenta de que esa tierra es de ellos?
-No, nunca me mostraron nada y si lo hubiesen hecho yo sabría que es trucha porque el título original lo tengo yo. Ellos directamente hacen el daño y uno no puede hacer nada porque va preso. Hemos formado una asamblea con los damnificados, llamada “En Defensa de la Tierra”, que es dirigida por Marisa Figueroa. En el último encuentro éramos más de 300 personas afectadas, muchas de las cuales también sufrieron daños físicos.
-¿Han podido enterarse de cuál es el reclamo generalizado de este movimiento en la provincia?
-No tienen ningún reclamo. Es un movimiento político para quitar tierras y apoderarse de ellas. El juez López Alsogaray ya se adueñó de más de 18.000 hectáreas en Santiago del Estero, con escrituras falsas o superponiendo escrituras. De esa forma corren a los dueños que tienen escrituras originales, planos del terreno e impuestos al día.
-¿Qué planea hacer?
-Por mi cabeza pasan todas cosas malas, pero decidí abocarme en todo sentido a la Justicia y dejar que ellos se encarguen. Prefiero cuidarme, por eso estoy siguiendo por todos los medios disponibles la visibilización de este caso.
Hay que ayudar a quienes le usurparon sus tierras en Santiago del Estero. Que inicie juicio en Córdobas donde vive, con un buen abogado como el Dr. Juez, Senador de la Nación y llegar hasta la Corte.