La historia de Don Mario -una semillera argentina que llegó con variedades de soja a casi todo el mundo- es de lo más vertiginosa y exitosa: desde hace algo más de 30 años que no han parado de crecer y agrandarse. Obdulio San Martín estuvo ahí desde sus comienzos, ya que apenas salido de una escuela agrotécnica, empezó monitoreando los lotes que dos años antes Gerardo Bartolomé y César Belloso se habían lanzado a sembrar con soja en Chacabuco allá por el año 1982.
Actualmente la empresa es la proveedora de semillas de soja más grandes de todo Latinoamérica, con 70% del mercado argentino, 45% del uruguayo, 42% del brasileño, 25% del paraguayo y también con presencia en Bolivia. Para 2022 esperan llegar al 5% del difícil mercado estadounidense y ya están ensayando con soja en China. “Si nos dicen que se puede sembrar soja en la luna, allá iremos”, comenta Obdulio demostrando el espíritu aventurero de la compañía.
Para hacer los ensayos que resultan en nuevas variedades, en GDM hoy siembran cerca de 1,4 millones de hectáreas en parcelas experimentales, distribuidas en 597 localidades. Tienen 25 variedades en su catálogo al que le pueden incorporar cualquier tipo de tecnología biotecnológica, sea RR1, Intacta, o cuando salgan Xtend y Enlist.
Aquí la entrevista completa con Bichos de Campo:
Hasta ahora, en Don Mario nunca se han metido en el desarrollo de transgénicos, argumentando el elevado costo en su desarrollo y sobre todo desregulación. “Hay que tener en cuenta que de 100 millones de dólares en el lanzamiento de un transgénico, de los cuales 90 millones van destinados a desregular mercados, tanto los de producción como en los de destino del grano. Ahora con la edición génica se ahorran esos 90 millones porque no se considera transgénico, y es ahí donde nos estamos metiendo fuertísimo”, reveló Obdulio a Bichos de Campo.
“Tenemos laboratorios en Londrina, Brasil (que en su momento montaron allá porque Guillermo Moreno no les garantizaba la importación de los elementos necesarios para construirlo en la Argentina). Y ahora en enero estamos inaugurando en Chacabuco un laboratorio de marcadores moleculares, que costó 500 mil dólares, y un invernáculo para poder cosechar tres camadas de sojas distintas por año y así bajar el tiempo de desarrollo de una variedad de 6 a 3 años. Ese costó 1,5 millones de dólares”, detalló San Martín.
-¿Por qué tienen éxito en los mercados externos?
-Hace 15 años empezamos a salir, primero a Uruguay y luego a Brasil, donde para el año 2005 vimos que las variedades nuestras andaban muy bien, y le sacaban de 15 a 20% a las brasileras, que eran más arbustivas para defenderse de las plagas y de ciclos más largos. Con las nuestras cosechaban más y con menos aplicaciones de fungicidas- describió.
En cuanto al mercado estadounidense, San Martín contó que hacía 7 a 8 años que iban poniendo “una fichita”, en promedios unos 500 mil dólares al año, y llegó un momento que habían invertido 5 millones dólares. Entonces decidieron ir a fondo. El hijo de Gerardo, Ignacio “Nacho” Bartolomé, se instaló allá, donde compraron el 80% de una semillera americana que se llama Mustang Seeds, conservando a su equipo para entender el espíritu estadounidense. Ahora están llegando con marca propia -Don Mario Seeds- y también con otras marcas locales.
“Nuestro objetivo es el de llegar con el 3% del mercado para el año 2022 pero calculamos que lo vamos a superar, para encontrarnos cerca del 5%”, afirmó Obdulio.
“Hay que tener en cuenta que sembrando 2 millones de hectáreas allá, con un nicho de no transgénico en el que nos hemos metido, representa 3 millones de bolsas. Debido a que se respeta la propiedad intelectual y los productores no se guardan semillas, es el mismo número de bolsas que vendemos hoy acá”, remarcó el ejecutivo, para dar cuenta de la importancia de aquel mercado.
Ver Para mejorar el rinde de la soja, Don Mario se lanza a hacer edición génica
En este tren de expansión, que los tiene también con presencia en Europa del este y Sudáfrica, GDM últimamente ha sembrado además en China, la meca de la soja. Según Obdulio, tras los primeros ensayos están viendo que sus variedades le sacan una ventaja en el rinde final a las chinas. Un comienzo parecido al de Brasil.
Por último, el directivo de Don Mario describió la situación actual de la soja y toda la agricultura argentina: “Hay un tema preocupante que es el deterioro de los suelos, se perdió estructura y fertilidad, y todos somos culpables”, describió.
“Por otro lado, las condiciones para invertir no han sido las mejores. Me hubiera gustado que haya 100 empresas como Don Mario en el país, que se pueda replicar nuestro crecimiento. Te duele cuando viajás y ves que la ganancia genética por año es mayor en otros pasíes”, indicó.