En el camino por mitigar el cambio climático, los mercados voluntarios de carbono –un mecanismo que apunta a la reducción de emisiones a través de la gestión de los privados- se afianzan y comienzan a representar, cada vez con más fuerza, una oportunidad para atraer inversiones (tanto nacionales como extranjeras) y fomentar a sectores estratégicos como el de las energías renovables, el forestal y el agropecuario.
Un reciente informe de consultora Sylvera, una calificadora de riesgo de bonos de carbono con gran reconocimiento internacional, da cuenta de la madurez adquirida por aquel mercado: durante el primer trimestre de 2025, las emisiones de créditos de carbono prácticamente se equipararon con los retiros. Esto supone una equivalencia entre emisores de bonos y compradores, que priorizan a aquellos con metodologías más rigurosas de medición de impacto.
En cifras, durante enero, febrero y marzo de este año, se emitieron 55,63 millones de créditos, y se retiraron 54,56 millones. La diferencia fue de apenas un 1,9%, lo que marca una fuerte reducción frente a la brecha del 51,8 % registrada en el mismo período de 2024.
De acuerdo con la mencionada consultora, esta escasez de créditos podría impulsar los precios y acelerar la inversión temprana en proyectos en desarrollo.
Por ahora, los bonos que encabezan los retiros son aquellos que apuntan a la reducción de las emisiones de la deforestación y degradación de los bosques (REDD+), aunque crecen también las categorías gestión de residuos, biogás y manejo forestal mejorado.
A futuro, especialistas estiman que estos mercados tendrán una demanda internacional que podría impulsar su crecimiento por entre 7 y 12 veces para 2030, y entre 45 y 83 veces para 2050.
En esta línea, estimaciones elaboradas por la Mesa Argentina de Carbono, a partir de informes de tendencias de MSCI, muestran que si Argentina inicia un proceso de impulso de los mercados de carbono, “podría alcanzar un 5% del mercado global para 2030, generando inversiones por USD 2.200 millones para el desarrollo e implementación de Proyectos de Carbono”.
“De hecho, de poder desarrollarse y certificarse proyectos de captura y reducción de emisiones en sólo el 10% de la superficie agropecuaria y forestal del país, podría estimarse preliminarmente que la comercialización de los certificados de carbono generados por estos proyectos podría representar ingresos totales por más de USD 9.000 millones”, indicaron a continuación.
Por otro lado, de habilitar la comercialización de créditos de carbono a Mercados de Cumplimiento internacionales, a través del Artículo 6 del Acuerdo de París, “se viabilizarían proyectos que hoy no son viables con precios de venta por Mercados Voluntarios. Si se llegaran a usar el 30% de las tierras agropecuarias y forestales del país con dichos valores diferenciales de venta, se podrían generar USD 2.000 millones anuales”.
“Una apertura a los mercados internacionales de carbono del Art. 6 del Acuerdo de París, como lo están haciendo muchos países de la región, permitirá escalar las inversiones para implementar este tipo de proyectos en diversos sectores productivos del país”, recomendó en este sentido Juan Pedro Cano, Coordinador de la Mesa Argentina de Carbono.