Por Nicolás Razzetti.-
Las producciones regionales siguen siendo el pato dela boda de una economía que no logra recuperar la competitividad necesaria y que, en consecuencia, genera fuertes pérdidas económicas, una concentración en empresas más grandes y la expulsión del sistema de los más chicos.
Pasa con la pera y la manzana en el Valle de Río Negro y con la citricultura en el litoral. Pero también con la producción extensiva en el noroeste.
En el arranque de la gestión de Mauricio Macri hubo un empujón importante. Quitaron retenciones y ROE al maíz y el trigo, y redujeron las de la soja 5%. Luego empezaron los problemas, pues no se continuó con el proceso de baja de las retenciones sojeras y se acumularon las quejas por la falta de pago de la devolución prometida del 5% adicional. En este contexto, siguieron aumentando fuerte los insumos, entre ellos uno vital, el gasoil.
Desde la Asociación de Productores de Granos del Norte (Prograno) dijeron que el valor a granel que pagan los productores de aquella zona es de 26 o 27 pesos por litro. esto es de 25 a 30% más de lo que paga un consumidor en Buenos Aires.
Ese costo hace inviable la siembra de maíz y pone en jaque a la de soja. Santiago Bayón, presidente de Prograno, dijo: “El costo del flete a Rosario es de 70 dólares por tonelada, es decir la mitad del valor del maíz”.
Bayón explicó que los que siguen haciendo maíz, que este año son los menos, lo hacen para sostener la rotación, aunque eso implique perder plata. “Eso se combina con los rindes de maíz tropicales. Acá uno bueno es de 7 mil kilos”. Y agregó: “El margen bruto da apenas en equilibrio en campos propio con altos rindes y sin calcular las amortizaciones”.
En los últimos años llegaron inversiones al norte con la intención de transformar el maíz en carne, pero según el presidente de Prograno son soluciones de largo plazo.
En el corto plazo lo que hay que resolver es el costo del flete. Por eso considera importante que se impulse el Plan Belgrano y que el transporte en tren tenga más peso.
Para la soja las cosas no pintan mucho mejor. “El rinde promedio de la zona es de 2.500 a 2.600 kilos por hectárea y el de indiferencia en campo propio es de 2.300 kilos. Eso significa que cualquier costo extra, como la necesidad de combatir una enfermedad o si el clima no acompaña, deja las cuentas en cero en el mejor de los casos”, explicó el dirigente.
Bayón considera que se necesita acelerar de algún modo la baja de retenciones: “El norte se desarrolló con un flete de 40 dólares y retenciones cero. En las condiciones actuales, con retenciones del 30% y el flete tan caro, es muy complicado producir”, alertó.