Los remates de hacienda cumplen una función clave en la cadena ganadera. Esa forma de comercialización forma parte de la cultura pecuaria argentina.
Cada días se suceden diferentes subastas, hay ventas en el Mercado Agroganadero de Cañuelas, en las rurales y sobre todo mucho ganado que se televisa por Canal Rural, a lo que se agregó en los últimos años las transmisiones por internet en los sitios web de las consignatarias o asociaciones de productores.
Son varias las condiciones que hacen bueno a un martillero: No sólo debe saber mucho de ganadería, tiene que conocer muy bien a vendedores y compradores, ser ágil, estar muy atento y tener ocurrencia para mantener al público enganchado.
Pedro Althaparro y Julián Bicondoa son martilleros de la firma Alfredo S. Mondino y subastaron parte del ganado que se vendió la semana pasada en la Semana Angus de Otoño. Ellos forman parte de la nueva generación de vendedores de ganado, la sangre nueva. Por eso en Bichos de Campo decidimos detenernos en ellos.

Pedro cumplió hace pocos días 30 años y martilla desde el 2017. Esto lo mamó desde chico ya que su papá compraba ganado para un frigorífico por lo que andaba de remate en remate, luego tuvo consignataria de hacienda.
Él arrancó con la firma Sáenz Valiente Bullrich y tal como lo indica la tradición en esa empresa lo hizo con la venta de gallinas en la exposición rural de Palermo.
“Tratamos de hacer que los remates sean divertidos y llevaderos pero al mismo tiempo lo tomamos con una enorme responsabilidad porque tenemos entre manos la producción de otra persona y eso merece mucho respeto”, dijo Pedro.
“Para mí es una pasión, me subo a rematar y me olvido de todo lo que esté pasando alrededor y en la vida, lo disfruto un montón. Arrancás con nervios, adrenalina y una vez que los primeros lotes se venden bien, ya está, es como estar en tu casa, desaparece el reloj, desaparece el tiempo, los problemas, las preocupaciones, estás ahí al 100%”, agregó el martillero.

Julián Bicondoa es otro de los jóvenes martilleros de la firma Mondino. Desde chico acompañó a su padre, el conocido periodista Mauricio Bicondoa, por los remates de consignatarias y cabañas de cría. Con 31 años ya cuenta con 10 de experiencia. Sus primeros pasos los dio en el Mercado de Liniers en la consignataria Madelán .
“Desde muy chiquito acompañé a papá a las coberturas de los remates y la verdad me encantaba, disfrutaba muchísimo ver como se vendía la hacienda. Cuando terminé el colegio, faltando unos meses para arrancar la facultad, estaba indeciso entre seguir con la carrera de chef o con la carrera de martillero y bueno, entre charlas con papá me decidí por lo que es el martillo”.
“La verdad que es, como decía Pedrito, una forma de vida. A nosotros nos apasiona, te olvidás todo lo que pasa, no hay más celular, no hay más política, no hay más familia, no hay más nada, lo único que estás concentrando es tratar de defender el producto tan valioso del productor para que salga el mejor negocio posible”.
Julian dijo que “esto y Racing son mis pasiones” y en las dos está obteniendo buenos resultados en los últimos años.
“Nuestro equipo es joven, es joven, hay mucha gente de entre 30 y 50 también y en el sector comercial hay unos 50 empleados contando a los representantes que vamos por las diferentes provincias. Cada no hace un gran trabajo en su zona” dijo Bicondoa.
Luego se refirió a cómo ve la ganadería: “está en un momento espectacular, viene todo muy firme, la política está ayudando. La ganadería es hermosa y nuestro trabajo también. De afuera ven que unos está todo el día trabajando, todo el día con el teléfono, mandando lotes, pero es algo hermoso, hay que tener muchísimos factores en cuenta, es muy dinámico y requiere que esté concentrado al 100%”.