Pasaron las fiestas de fin de año, un tiempo del encuentro -familiar y de amigos- más emotivo del calendario. Suele suceder que nos ponemos nostálgicos y que dejamos florecer la solidaridad con los que necesitan de afecto o de comida o de trabajo o de lo que fuera. Por esto decidí visibilizar la patriada que encabeza un docente de Temperley, quien con la excusa de cocinar, pretende ayudarnos a cambiar nuestras miradas sobre la gesta de los pueblos chicos por la supervivencia.
Nos advierte este maestro sobre aquellos pueblos que están al borde de desaparecer. De aquellos pueblos a los que el paso del ferrocarril les dio la vida, pero que en la década de los ’90, cuando dejó de pasar el tren, comenzaron a languidecer.
Tomás Migoni, de 40 años, docente de biología y de ciudadanía en Temperley de día y de noche en Villa Fiorito, lleva en sus propios ojos el paisaje y la cultura agraria que disfrutó en su infancia, pues se crió en Comodoro Py, cerca de Bragado, provincia de Buenos Aires.
Mirá los programas de Pueblos a la Mesa en Youtube
Un día se dio cuenta de que siempre estaba volviendo de la gran ciudad a aquel pequeño pueblo y a otros similares, empujado por aquellas añoranzas de sus mocedades. Entonces decidió no quedarse llorando el pasado sino salir a filmar a los personajes de esos pueblos llenos de nostalgia, con el afán de mostrar cómo sobreviven, se reinventan y luchan por la vida. Claro, con todas las virtudes y fortalezas que pueden ostentar en medio de un mundo cada vez más acelerado, que pareciera desconocer la chacarera del sabio Trullenque: “Tanto correr pa’ llegar a ningún lado, si estaba donde nací, lo que buscaba por ahí”.
Cuando le pregunté si él había estudiado cine, me respondió que no, que salió a buscar a entendidos en el tema para que lo ayudaran a concretar ese sueño. Y con unos siete voluntarios del ambiente audiovisual, fue comprando sus propios equipos de grabación y filmación. Le pregunté con qué fondos se financiaba el proyecto, y me dijo que todos los 25 de mayo arma una peña solidaria con artistas famosos, para bancar todos los gastos de viaje a los pueblos, la nafta, y en especial los ingredientes que usará para cocinar en cada pueblo: una comida criolla, sencilla, simple, pero sabrosa, con la que él agasajará a los pobladores, que nunca son más de 50. Me acota que siempre los lugareños aportan algo, comparten lo suyo, porque a esa noble gente no le gusta llegar con las manos vacías.
Es Tomás el que cocina para los habitantes del pueblo; él invita a los “Pueblos a la mesa”, como ha denominado a su programa. Nos dice que la cocina es una excusa para juntarse, para celebrar el encuentro, para convocarlos y motivarlos a contar sus modos de ver la vida y el mundo desde sus pueblos chicos.
Claro que siempre aprende algún secreto culinario. Ha juntado anécdotas como para hacer dulce. Ya pasó, filmó y cocinó por: La Limpia (Bragado), Las Marianas (Navarro), Lozano (Navarro), Almacén La Paz (Roque Pérez), Newton (Gral. Belgrano), Fulton (Tandil), 2 Naciones (Lobería), Estación Mapis (Olavarría) y Quiñihual (Cnel. Suárez), donde queda apenas un solo habitante.
Ha cocinado corderos a la estaca, solomillo de cerdo al disco, mil hojas de papa con capas de queso crema, jamón cocido y mozzarella, a la parrilla, tapándolas con una asadera y colocando encima leñas encendidas para crear un calor envolvente. También un locro bien pulsudo, un pernil, chorizos a la pomarola, y hasta su plato preferido: ternerita guisada y acompañada con un buen Tempranillo o un Pinot Noir.
Hay que ver y oir las filmaciones de “Pueblos a la mesa”, que Migoni sube a Youtube, Facebook, Tweeter, Instagram, y a todas las redes, para notar el buen gusto musical, su apertura a diversos géneros, el cuidado estético de la imagen, la valoración del silencio y del ritmo pausado que él halla en aquellos pueblitos.
Todo es convertido en arte, ensalzando la poesía, por las manos y los ojos de Migoni, devenido en director artístico de un proyecto que crece y crece, potenciado por un equipo de jóvenes talentosos. Ya le han hecho propuestas de varios canales, pero él es muy celoso de que no se tergiversen sus contenidos. Ojalá logre el apoyo de quien sepa tener cuidado en esos detalles.
Es que Tomás se identifica con la personalidad del más grande de nuestro folklore, Don Atahualpa Yupanqui, quien fue insobornable e inclaudicable, y fue un viajero incansable por los caminos de la patria en busca de la más honda sabiduría que nos da la tierra y el hombre, al que llamaba “paisaje que anda”.
Migoni se identifica también con la canción del joven artista correntino Yacaré Manso: De irme lejos, porque siempre que puede, se va lejos de Temperley, en busca de aquel tiempo y de aquel paisaje que lo hicieron tan feliz en su infancia, y allí lleva hoy a su familia, a sus hijas para que vivencien aquello que él vivió y revive en cada viaje.
Compartimos De irme lejos, de y por Yacaré Manso, de su CD La corriente (2013). Invitado especial Jorge Serrano, de Los Auténticos decadentes;