Carbap, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa, estimó el impacto negativo que están causando las intensas lluvias sobre el territorio bonaerense, pero también el del olvido de las autoridades.
Según los productores, las precipitaciones de la semana pasada en la zona más afectada por las inundaciones (Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, Hipólito Yrigoyen y 9 de Julio, Pehuajó, Lincoln, Viamonte y otros), que recibieron entre 80 y 100 milímetros adicionales, “agravaron de manera dramática un escenario que ya estaba colapsado”.
El centro y noroeste bonaerense no puede recuperarse aún de las precipitaciones que comenzaron a caer en abundancia a partir de abril. En los partidos mencionados, no solo que no se pudo sembrar trigo, sino que está en duda la siembra de los cultivos de verano.
De acuerdo al relevamiento de los bonaerenses, la superficie afectada en estos distritos creció en la última semana entre un 30% y un 40% respecto de la situación registrada apenas 10 días atrás. Se trata de un panorama que hacía muchísimos años no se veía en la provincia.
En esta región de la provincia de Buenos Aires, se estiman más de 1.000.000 de hectáreas anegadas, y la superficie continúa en aumento. “A ello se suma una gran cantidad de tierras con acceso imposible, ya sea por estar aisladas por el agua o por la falta de piso que permita el ingreso de maquinaria” dijeron desde Carbap.
En esta zona se produce aproximadamente el 15% del maíz y la soja de la Argentina. La entidad asegura que estas áreas ya se descartan para la próxima siembra de maíz temprano, cuyo ciclo está a punto de comenzar, y se desconoce si podrán destinarse luego a soja, girasol o incluso a maíz tardío.
“En primer lugar, se requieren medidas urgentes de asistencia a los productores, ya que en muchos casos no tienen posibilidad de sacar la producción de los campos. Es indispensable que se habilite financiamiento específico, con tasas diferenciadas y razonables, ya que las actuales resultan absolutamente inviables en este contexto”, señalaron.
La entidad también pidió la puesta a disposición de maquinaria para recomponer caminos y limpiar canales, y un alivio fiscal inmediato: “Debe disponerse un alivio fiscal inmediato, tanto desde ARCA (ex AFIP) como de ARBA y de los municipios, mediante la postergación o suspensión de pagos de impuestos nacionales, provinciales y tasas rurales. La situación es crítica y no se puede esperar a la burocracia que implica la puesta en marcha de las leyes de emergencia agropecuaria”.
CARBAP apuntó contra la falta de obras y mantenimiento: “La crisis actual no solo expone la gravedad de las precipitaciones, sino también la inoperancia de no haber concluido en tiempo y forma el Plan Maestro del Río Salado, como así también la falta de mantenimiento de los caminos rurales. Los productores realizan aportes millonarios en concepto de tasas viales, que muchas veces se desvían hacia otros fines municipales, y hoy las consecuencias de esa desatención afloran con crudeza”.
El comunicado subrayó además que la emergencia afecta a la vida comunitaria en los pueblos: “La falta de caminos transitables impide en muchos casos el acceso normal a las escuelas rurales, dejando a niños y jóvenes sin clases durante días o semanas. Asimismo, dificulta la llegada de ambulancias, transporte y provisión de insumos básicos, profundizando el aislamiento y la vulnerabilidad de las familias que habitan en estas zonas”.
Finalmente, la confederación advirtió: “Desde CARBAP se reclama con urgencia una ayuda inmediata, integral y coordinada por parte de las autoridades, tanto para atender la emergencia productiva y social como para dar una señal concreta de compromiso frente a una problemática que amenaza la próxima campaña agrícola y, con ella, la economía y la vida en toda la región”.