La soja, el principal factor de inversión y generador de divisas presente en la economía argentina, dejó de ser negocio. En un país normal se trataría de una cuestión urgente de interés nacional. Pero no es el caso.
El precio de los granos en general y de la soja en particular se viene derrumbando en las ultimas semanas a causa del temor del agravamiento de la crisis financiera presente en China y que el gobierno de Xi Jinping está haciendo grandes esfuerzos para intentar contener (y disimular).
Este miércoles, el precio del futuro de Soja Rosario Mayo 2024 del Matba Rofex –correspondiente a la soja de primera que comienza a cosecharse en abril–, terminó en un promedio de 275,0 u$s/tonelada. Con ese precio, la soja deja de ser negocio.
La plataforma AgBI, que permite modelizar los resultados del negocio agrícola en diferentes regiones agrícolas, muestra que con un rendimiento de 40 qq/ha de soja de primera, un modelo convencional para la zona núcleo pampeana genera una pérdida de casi 20 u$s/tonelada con un arrendamiento valorizado en 545 u$s/ha.
Se trata de un “cambio de plata”, como suelen decir en el ámbito agrícola cuando el esfuerzo productivo, logístico, comercial y financiero realizado diez meses atrás termina con un resultado prácticamente nulo.
Vale aclarar que, en muchos casos, la campaña no será un desastre porque el grueso de las empresas agrícolas se financiaron con pesos a tasas de interés que ahora parecen ridículamente bajas. Es decir: ganarán dinero gracias a un resultado financiero, porque el negocio productivo está “muerto”.
Por otra parte, algunas empresas tuvieron la suerte de lograr rendimientos de trigo y/o cebada buenos a excepcionales y así pudieron hacerse de algo de liquidez. Después habrá que ver, por supuesto, cómo termina el negocio de la soja de segunda (que se cosecha a mediados de año).
Otra aclaración importante: aquellas empresas que resultaron afectadas por la “mini sequía” del presente mes de febrero y terminen cosechando bastante menos soja de la esperada, no habrá negocio financiero que las salve y perderán dinero con la oleaginosa.
El margen económico estimado en soja de primera debe ser entendido como una señal de “alerta roja”, porque la posibilidad de financiarse con tasas de interés negativas ya no está presente en el actual contexto económico y, en tal caso, el negocio agrícola es inviable con los actuales precios de los granos.
El dato es que el precio de 275 u$s/tonelada contiene un derecho de exportación del 33,0%, el cual, si no se aplicara, permitiría tener un precio de venta para la posición Rosario Abril 2023 del orden de al menos 385 u$s/tonelada.
Es decir: no es que el negocio agrícola no sea viable; después de todo, los empresarios argentinos son uno de los más profesionales, capacitados y resilientes del mundo. No es viable porque la “organización criminal” del Estado (Javier Milei dixit) se queda con la mayor parte del ingreso de los productores a través de las retenciones.
Bonus Track. Bichos de Campo viene advirtiendo hace semanas que el actual escenario internacional es altamente negativo para el negocio agrícola y, por extensión, para la economía argentina en su conjunto.